CatalunyaCaixa cerrará la mitad de sus oficinas fuera de Cataluña tras suspender su venta a Popular y Apollo. La subasta de la entidad, prevista para finales de julio, incluirá su negocio en su región de origen y 43 oficinas en el resto de España. Por tanto, la nacionalizada echará la persiana a unas 50 sucursales antes de que se lleve a cabo la salida del Estado de su capital.
A lo largo de este año, CatalunyaCaixa ha procedido al cierre de otro centenar de oficinas en las zonas de expansión para cumplir con el mandato de Bruselas por las ayudas públicas recibidas. La UE obligó a la entidad a vender o liquidar su actividad fuera de Cataluña antes de 2015. Las 43 oficinas que se mantendrán incorporarán la actividad de las que se cerrarán y sus empleados. Por tanto, éstas tendrán una mayor capacidad, con una media de 7 u 8 trabajadores.
La puja por la nacionalizada incluye activos por valor de 63.062 millones de euros. En paralelo, el Frob venderá una cartera de préstamos hipotecarios de la entidad por importe de 6.500 millones tanto morosos como al corriente de pago con el objetivo de minimizar las nuevas ayudas públicas que tendrá que inyectar para su saneamiento. CatalunyaCaixa ha recibido ya fondos del Estado superiores a 12.000 millones, que se han dado por perdidos.
Por esta cartera de hipotecas el Frob ha recibido doce ofertas no vinculantes por parte de fondos de inversión. El fondo de rescate espera que este proceso se cierre también en la segunda quincena de julio. El Estado ofrece un esquema contra pérdidas de en torno a unos 1.500 millones para el comprador de estos activos que ofrezca el precio mayor.
La entidad indica que con esta segregación su capital principal ascenderá al 16,6 por ciento, frente al 14,4 por ciento a cierre del ejercicio pasado.