La inmobiliaria Colonial, que acaba de finalizar la reestructuración de su deuda y de su capital, prevé cerrar en junio unos de los mejores semestres de su historia. Tras desconsolidar su filial de suelo Asentia (que reúne los activos malos del grupo), la compañía podrá recuperar las pérdidas acumuladas en años anteriores y podrá contabilizar hasta 700 millones de euros de beneficios extraordinarios.
Aunque esta operación no supone una entrada de caja, Colonial aprovechará estos extraordinarios para amortizar totalmente su fondo de comercio y los créditos fiscales que todavía mantenía de la etapa anterior.
En las últimas semanas, Colonial ha cerrado una ampliación de capital de 1.263 millones y ha suscrito un nuevo préstamo sindicado por un importe de 1.040 millones, lo que le ha permitido liquidar todos los pasivos anteriores. La nueva deuda, suscrita en su mayor parte por aseguradoras y fondos de inversión, paga un tipo de interés del 4,3 por ciento y tiene un vencimiento a cuatro años. Según el consejero delegado de Colonial, Pere Viñolas, "es un nivel de deuda que nos devuelve a la primera división de las inmobiliarias europeas"
Nuevas compras
Gracias a la refinanciación, Colonial afronta su nueva etapa con una capacidad máxima de inversión de 200 millones s en España y de 700 millones más en Francia, donde opera a través de su filial SFL.
"Después de una etapa difícil hemos vuelto a la normalidad", aseguró ayer el presidente de Colonial, Juan José Brugera. Con una capitalización cercana a los 2.000 millones y con alto volumen de liquidez, la compañía se sitúa "muy cerca" de las que cotizan en el selectivo Ibex 35, señaló Viñolas.