El presidente de la Generalitat, Artur Mas, dibuja cada día un nuevo trazo a su camino hacia la independencia de Cataluña. El plan no varía, porque lleva meses establecido, pero se van quemando etapas y el president interpreta al pie de la letra el guión que pactó con Oriol Junqueras, el presidente de ERC.
Ayer utilizó a los medios de comunicación franceses (Le Figaro y la radio France Info) para anunciar sus planes después de recibir la negativa del Congreso de los Diputados a la celebración de una consulta legal sobre la independencia en Cataluña. Su objetivo ahora es intentar convocar un referéndum "sin valor jurídico inmediato" para el próximo día 9 de noviembre basado en la futura ley catalana de consultas, pero si esta última es prohibida, no descarta como último recurso transformar las elecciones autonómicas previstas para 2016 en el propio referéndum.
La ley catalana de consultas, que previsiblemente será aprobada por el Parlament en septiembre, permitiría a Mas convocar una consulta popular "sin valor jurídico inmediato" y, si el resultado es favorable a la independencia, "negociar y llegar a acuerdos" con las instituciones del Estado. Sin embargo, lo más probable es que en el mismo momento que la ley se apruebe el Gobierno la recurra ante el Tribunal Constitucional, lo que, de hecho, supondría invalidar la convocatoria prevista por el líder de CiU.
Ante este posible escenario, Mas ya se prepara para quemar el último cartucho: convocar elecciones autonómicas anticipadas y dotarlas de un carácter plebiscitario. Para ello CiU y ERC deberían crear una coalición o plataforma conjunta en el que el único punto del programa electoral sería el compromiso de, en caso de victoria, constituir el nuevo Parlament y realizar de forma inmediata una declaración unilateral de independencia. Este escenario tendría un alto coste político para CiU porque el líder de Unió, Duran i Lleida, ya ha adelantado que no formaría parte de una plataforma como esa. La ruptura de CiU sería inevitable.
Otro cabo que queda suelto es el momento de convocar elecciones anticipadas. Se trata de una atribución única y exclusiva del presidente de la Generalitat, por lo que Mas puede gestionarla en función de sus intereses. A él le gustaría convocarlas en 2016, una vez celebradas las elecciones generales y con otro gobierno en la Moncloa, pero eso sale del guión escrito con Junqueras. ERC quiere la consulta en 2014 y si no es posible hacerla romperá su pacto parlamentario con CiU, lo que dejará al gobierno catalán en minoría.
Sin consulta, el guión independentista marca que el president convoque elecciones este mismo mes de noviembre. Pero ese es un paso que Mas anunciará cuando él crea que conviene a sus intereses.