Cataluña

Último adiós a Ricard Fornesa

Familiares, amigos y representantes del mundo político, económico y de las finanzas despidieron ayer al expresidente de La Caixa y de Aguas de Barcelona (Agbar) Ricard Fornesa, quien murió el sábado, a los 82 años, en la capital catalana. Su capilla ardiente se abrió al público a las 11:00 horas, en el tanatorio de Sant Gervasi, por donde pasaron numerosos directivos de las principales empresas a dar el pésame a la familia.

Cuando, el pasado 13 de febrero, Ricard Fornesa no estuvo presente en la rueda de prensa de resultados de VidaCaixa resultó extraño. La presidencia de esta compañía era uno de los cometidos que mantenía desde que dejó la presidencia ejecutiva de La Caixa y fue nombrado presidente de honor. Fornesa era muy activo y por eso desempeñó funciones ejecutivas en la aseguradora de La Caixa hasta el pasado sábado, cuando falleció a la edad de 82 años.

Fornesa, alto y de complexión fuerte, tuvo los últimos 15 años una mala salud de hierro y, pese a la afección pulmonar que padecía, siempre había vencido a la enfermedad. Antes era "un toro", me aseguraba un directivo muy próximo.

Fornesa nació en Barcelona el 4 de noviembre de 1931 en el seno de una familia acomoda. Estudió en La Salle Bonanova, donde conoció al también expresidente de La Caixa, Josep Vilarasau, con el que formaría un tándem clave para la transformación de la entidad. Opositó a abogado del Estado y en 1948 se graduó con sobresaliente gracias a una prodigiosa memoria que le permitía memorizar largos discursos.

Trabajó en el Ayuntamiento de Barcelona y en 1977 Vilarasau le llamó para integrar el consejo de La Caixa en calidad de secretario. En 1979 fue recompensado por su compañero de colegio con la Presidencia de Aguas de Barcelona, una compañía que presidió durante 27 años.

En 1989 participó en la fusión entre las dos grandes cajas catalanas: Caixa de Barcelona y La Caixa d'Estalvis, de la que nació la actual La Caixa y de la que Fornesa fue director general adjunto entre 1990 a 1993. Siguiendo la estela de esa gran operación y consolidado como mano derecha de Vilarasau, Fornesa protagonizó el intento de crear una gran empresa de energía catalana. Sin embargo, otro brillante ejecutivo, Pere Durán Farell, aprovechó su cercanía con el expresidente Felipe González para fusionar Catalana de Gas y Gas Madrid, dando origen a Gas Natural Fenosa. Desde aquella fallida operación, se concentró en Aguas de Barcelona, donde ejerció un poder casi absoluto.

Superados los 70 años, apareció otra oportunidad. En marzo de 2003 fue nombrado presidente de La Caixa, en sustitución de Josep Vilarasau. Fornesa aterrizó para dejar su impronta. Le tocó vivir las dos opas que Gas Natural, controlada por La Caixa y Repsol, realizó sobre Iberdrola y Endesa, pero ambas volvieron a fracasar. Donde logró su objetivo fue en la Obra Social de la caja: dio un giro al presupuesto, con mayor dotación para necesidades sociales. "Hay que volver al objetivo original de La Caixa", repetía.

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