La empresa tarraconense iMicroQ ha desarrollado un kit de detección rápida de salmonela que permite comprobar en menos de 24 horas la presencia de esta bacteria en muestras agrícolas.
La compañía espera empezar a comercializar esta solución (QFast) a finales de año ya que en estos momentos se encuentra en la fase final del proceso de validación internacional. Tal y como precisa el consejero delgado de iMicroQ, Carlos Arias, el kit que han fabricado permitirá a las empresas del sector agroalimentario determinar la ausencia o presencia de esta bacteria en productos cárnicos como la piel y carne de pollo, piensos y materias primas, huevos y en heces, fondos de caja o superficies, entre otro tipo de muestras.
La rapidez y la sencillez son dos de las ventajas que presenta esta solución, que facilita a las empresas la labor de seguridad agroalimentaria al no tener que enviar las muestras al laboratorio.
Acuerdos para distribución
Para poder realizar los tests, los interesados deben comprar un pack con los instrumentos y equipos valorados entre 4.500 y 8.000 euros que permite realizar dos, ocho o 48 muestras simultáneas en un día. Una vez adquirido este instrumental, cada test tiene un coste de entre siete y nueve euros.
En una primera fase, la empresa pondrá el foco en el mercado nacional, aunque tan solo representa el tres por ciento del mercado mundial. De cara al segundo semestre del próximo año, iMicroQ espera abordar el mercado internacional. Para conseguirlo está cerrando acuerdos con distribuidores que le permitan comercializar el test rápido de detección de salmonela a nivel mundial.
En un primer momento, la empresa catalana ha firmado un acuerdo con el laboratorio de análisis físico-químico y microbiológico Laymatec para distribuir QFast en mercados emergentes como Rusia y los países árabes. Tal y como apunta Arias, "queremos incidir en aquellos países donde está aumentando la producción avícola como es el caso de Rusia, China, Brasil, India, México y Argentina, entre otros".
La empresa con sede en Tarragona, donde fabrica los sensores y lleva a cabo el proceso final de integración de los equipos, espera facturar un millón de euros en 2014 durante el primer año de comercialización del test. Para 2016, la empresa espera alcanzar una facturación de siete millones de euros.
En la actualidad, con el método tradicional de detección de salmonela se tarda una semana para comprobar la presencia de esta bacteria, tiempo que se reducirá a menos de un día con la solución de iMicroQ, que no necesitará enviar las muestras al laboratorio. En estos momentos, la compañía tiene una capacidad para producir 50.000 sensores por semana.