Panrico empieza a atisbar una pequeña luz al final del túnel. Después de que la Generalitat de Cataluña prometiera a la compañía activar todos los mecanismos financieros y operativos necesarios para su rescate, la dirección del grupo anunció el pasado viernes que el próximo miércoles empezará a pagar las nóminas a sus trabajadores, así como las facturas a los autónomos, con un importe mínimo de 500.000 euros, que será distribuido entre todos de forma igualitaria.
Después de este primer pago, la empresa se compromete a ir realizando pagos semanales como mínimo por ese mismo importe hasta establecer una total normalidad a la mayor rapidez posible
La compañía intenta impedir así que los autónomos paralicen el reparto de los productos ante la falta de financiación para soportar los pagos derivados a su actividad, como el combustible, y sobre todo, evitar que la plantilla mantenga la huelga indefinida a partir del próximo día 13 de octubre.
En un comunicado, la dirección de la empresa subrayó que es necesario que se normalice cuanto antes la actividad para que pueda seguir generando ingresos y recordó que "nadie debe olvidar que el tiempo sigue siendo nuestro mayor adversario". La dueña de Bollycao, La Bella Easo y Donuts ha registrado desde que se inició la crisis unos números rojos de 710 millones y tenía previsto cerrar este ejercicio con pérdidas de 50 millones más, pero la situación se está complicando y, según reconoció ayer, ahora mismo está perdiendo 150.000 euros al día, una situación insostenible.
Los sindicatos ya advirtieron el jueves de que en el supuesto de que la empresa consiguiera obtener la liquidez para empezar a pagar, estarían dispuestos a paralizar los paros y continuar las conversaciones necesarias para alcanzar una "salida al conflicto" dentro de una comisión negociadora que se creará con tal fin.
"Si en la próxima semana ingresa una parte importante de la nómina con el compromiso de pagarla en su totalidad en las siguientes semanas, trasladaremos a las asambleas de trabajadores la posibilidad de suspender semana a semana la realización de la huelga en la medida que se vayan cumpliendo los compromisos", insisten los sindicatos. Para lograrlo, Panrico está negociando ya con varias administraciones autonómicas. Así, al margen de la Generalitat, que le ha prometido avalar los préstamos e intentar que la banca le reabra el crédito, el grupo está manteniendo contactos con las Juntas de Andalucía y de Castilla y León para conseguir también apoyo financiero.
Apoyo sin riesgos
El Gobierno catalán volvió ayer a ofrecerse para ayudar a Panrico a reactivar el crédito, pero "sin asumir riesgos" . El consejero de Empresa catalán, Felip Puig, reconoció que el plan de Panrico conllevará duros ajustes laborales y bajadas salariales, pero es la mejor vía para evitar el cierre.
Para Puig, Panrico cuenta con "un endeudamiento bajo", lo que le permite que tenga "margen de maniobra". El conflicto que está sufriendo Panrico no afecta a sus divisiones en Canarias y en Portugal, que operan de forma independiente y que ya ajustaron sus costes.