El grupo Freixenet registró el año pasado una caída de su resultado consolidado del 36 por ciento al pasar de 8,6 millones de euros en 2011 a 5,5 millones en 2012. Este retroceso se produjo pese a que la facturación consolidada creció un 2,8 por ciento, al pasar de 498 a 512 millones.
El aumento de ingresos y la caída de beneficios reflejan una merma en los márgenes de las ventas del grupo en el ejercicio cerrado el 30 de abril de 2012.
Las filiales del grupo que más han padecido la caída de márgenes han sido las que concentran sus ventas en España. Castellblanch perdió 1,9 millones; René Barbier, 1,6 millones; y Segura Viudas, 0,9 millones. Por el contrario, la matriz Freixenet ganó 6,5 millones; la filial alemana Freixenet GmbH, 3,1; la inglesa Freixenet DWS, 0,7; y Freixenet de México, 0,5.
La multinacional controlada por la familia Ferrer mejoró sus ventas gracias a las ventas al exterior, ya que el mercado nacional permaneció estancado. El grupo exporta el 80 por ciento de su ventas. Concretamente, el grupo vendió por valor de 104 millones en España, 300 millones a países de la Unión Europea y 108 millones al resto del mundo.
La plantilla del grupo creció de 1.892 a 1.928 empleados, mientras que las inversiones en inmovilizado material se redujeron drásticamente al pasar de 21 a 14 millones. Los recursos propios del grupo crecieron de 201 a 208 millones.
En cuanto a los seis consejeros que tienen sueldo al trabajar como directivos del grupo, se aumentaron su retribución desde los 595.000 euros a los 683.000 euros.