Demetrio Carceller, presidente de Damm y uno de los principales accionista de Pescanova, plantará batalla hasta el final para recuperar su inversión en la firma pesquera, que sitúa en torno a unos 40 millones de euros. "Mientras nos quede un duro y un hálito de vida, iremos a reclamar lo que es nuestro y que se haga justicia", advirtió en un encuentro previo a la junta de accionistas de la cervecera.
"Podríamos haber cogido la puerta, pero hemos decidido defender nuestros derechos y salvar la compañía. Si no nos queda otro remedio, forzaremos las cosas", recalcó. Damm controla el 6,2 por ciento del capital de Pescanova.
Carceller cargó contra la gestión que ha hecho en Pescanova su actual presidente, Manuel Fernández de Sousa, al que acusa de haber mentido a sus accionistas y "tener secuestrado al consejo".
Querella
Por el momento, Damm ha optado por adherirse a la querella que un grupo de accionistas minoritarios ha presentado ante la Audiencia Nacional. La compañía considera que es "más eficiente" sumarse a una ya existente que llevar al juez su propia querella. No obstante, deja en el aire la posibilidad de emprender acciones judiciales en paralelo.
Carceller demandó que el juez convoque una junta, "tal y como ya se lo pedimos a Sousa", para que los accionistas puedan decidir quién gestiona la firma pesquera.
Para el dueño de Damm, el hecho de que Sousa se "haya enrocado" en no convocarla es que es consciente de que los accionistas "se van a sentir estafados por él". En su opinión, Sousa mantiene una representación desproporcionada. "Está respaldado por un grupo de personas en el consejo sin acciones que usurpa el sitio a otros accionistas", apuntó.
La delicada situación de Pescanova no tendrá impacto en la cervecera, según aseguró Carceller. "Nuestra participación en Pescanova supone sólo un 2,5 por ciento de nuestros activos. No afectará al dividendo. Hemos provisionado ya 20 millones y nos quedan por provisionar otros siete millones más".
Damm, que aprobó en su junta repartir un dividendo de 39 millones de euros, está interesado en "convertirse en accionistas muy solventes en empresas de alimentación que quieran internacionalizarse". Carceller recalcó que "estamos encantados con la gestión de Ebro, donde el presidente no oculta información al mercado".
Damm también ha dado un giro a la cadena de cafeterías Rodilla, con una nueva imagen y presencia de marca, tras tomar el control accionarial.