El conseller de Economía catalán, Andreu Mas-Colell, se mostró partidario de que como mínimo un tercio del nuevo objetivo de déficit que Bruselas marque a España corresponda a las autonomías.
"Debe ser claramente superior al actual", del 0,7 por ciento. No quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que Hacienda marque topes distintos por comunidades, pero añadió que cada una debe negociar con el Gobierno y presentar su situación, que es diferente en cada territorio. Con todo, recalcó que Cataluña "no entra en la determinación del objetivo de otras autonomías". Según Mas-Colell, con el objetivo del 0,7 por ciento y el actual modelo de financiación no pueden hacer unos presupuestos que no signifiquen la destrucción de los servicios propios del estado del bienestar.
A este frente se une la Comunidad Valenciana, cuyo consejero, Juan Carlos Moragues, hizo hincapié en que la situación de partida ha sido distinta, en que su región ha hecho muchos esfuerzos y por ello ve "con buenos ojos que se valore la diferente idiosincrasia que tiene cada una".
El consejero de Madrid, Enrique Ossorio, defendió que la mejor garantía para cumplir es que no se diferencie por regiones, y que una vez que se apruebe un objetivo global que se reparta de forma igual entre las CCAA. En su opinión es la "mejor manera de garantizar el cumplimiento" y la "única manera justa de repartir ese objetivo".
Ossorio consideró una buena noticia que se ponga en marcha la revisión del modelo de financiación autonómica, que Madrid pedirá entre ya en vigor el 1 de enero de 2014. Por su parte, la consejera andaluza Carmen Martínez Aguayo celebró que las regiones puedan, en el nuevo grupo de trabajo, ponerse de acuerdo sobre las políticas de gasto que son prioritarias y que no deben ser retocadas, en tanto que son importantes para la cohesión del país. Con todo, no ve lógico "que la financiación se reparta por población y el déficit por nivel de riqueza", porque, a su juicio, atenta contra la igualdad.