Cataluña

"Con la crisis la gente busca evadirse más"

Mongolia, China, Nepal, India... son sólo algunas de las paradas de un largo viaje de luna de miel que llevó en 2004 a Bertile y James a recorrer algunos de los rincones más exóticos y recónditos del planeta. Tras su vuelta, decidieron emprender una nueva aventura: crear un negocio en el que pudiesen regalar experiencias y que se plasmó poco después con el lanzamiento de los primeros cofres Wonderbox en su país natal, Francia. La empresa aterrizó en España en 2008 y desde su sede en Barcelona controlan el mercado español, donde tienen 800 puntos de venta en establecimientos como El Corte Inglés, FNAC o Carrefour. En 2011, lograron vender en el mercado español 200.000 cofres y facturar cerca de 11 millones de euros con una cuota del 22,9 por ciento

¿Cómo nace la idea de crear un negocio basado en experiencias?

Bertile: Regresamos del viaje por Navidad. Y nos dimos cuenta de que no queríamos regalar cosas materiales, buscábamos algo diferente. Habíamos vivido prácticamente sin nada durante un largo periodo. Durante el viaje habíamos probado muchas cosas nuevas que nos gustaron y queríamos compartirlas.

James: Poco a poco empezamos a dar vueltas a la posibilidad de crear un negocio relacionado con hacer vivir a los demás experiencias. En Gran Bretaña había una iniciativa con un planteamiento algo similar a lo que pretendíamos, aunque no en cofre y centrado en paquetes de fin de semana.

¿Es imprescindible tener un espíritu aventurero para fundar un negocio de este tipo?

J: Desde luego. Si nos gusta lo que hacemos podemos hacerlo mejor. Nos gusta mucho viajar, experimentar emociones y conocer culturas nuevas. Nuestra filosofía es la de apostar por la calidad, es el eje central de nuestra oferta. Tenemos pasión por lo que hacemos.

Por este motivo, todos los empleados tienen a su disposición 500 euros al año para disfrutar de nuestras experiencias.

¿En época de crisis buscamos evadirnos más con nuevas experiencias?

J: En tiempos de crisis, por ejemplo, el cine va mejor y hemos constatado que la gente necesita evadirse más. También es el momento de aportar nuevas ideas. Por eso el desarrollo deWonderbox está siendo muy fuerte. El comportamiento normal de la gente es comprar primero un cofre de entre 30 y 50 euros, el siguiente paso es optar por algo más, como una estancia de fin de semana.

¿Cambian nuestras prioridades en situaciones como las que vivimos?

B: La gente ya no quiere cosas materiales. El verdadero lujo no es un bolso, unos zapatos, sino vivir experiencias. Necesitamos vivir algo especial y único.

La compañía ayuda a estimular la economía local con acuerdos con empresas de todos los segmentos (estética, deporte, gastronomía....) que ofrecen sus productos en sus los cofres de Wonderbox.

J: En momentos como los que vivimos, es un orgullo poder contribuir a que crezca el negocio de emprendedores y pequeñas y medianas empresas españolas. De alguna manera, estamos ayudando a estas empresas. Además, España cuenta con una oferta de calidad hotelera y de bienestar.

¿Qué peso tiene España dentro del grupo Wonderbox?

J: España está en continuo crecimiento dentro del grupo y se está consolidando como la filial número uno (Italia, Bélgica y Suiza). Es un país estratégico, nos gusta España. En dos años, podría suponer el 25-30 por ciento de las ventas.

El modelo de negocio de Wondebox ha sido seguido por otros operadores. ¿Qué les diferencia?

J: A diferencia de otros competidores, nuestra oferta de productos está muy enfocada a atender las necesidades del mercado local. España mantiene sus diferencias con otros mercados como por ejemplo el francés. Ambos cuentan con distintos top de ventas.

¿Cree que existe sobreoferta en el mercado, con otros competidores como Plan B, la Vida es Bella, Dakotabox?

B: El hecho de que otros operadores también se hayan decidido por el negocio lo interpretamos como una señal de que hay mercado y mucho recorrido.

J: Sí, nos ayuda a estar mejorando constantemente.

¿De todas las actividades que han realizado estos años cuál me recomendarían?

B: Sin duda, llegar hasta el punto más elevado del mundo, en el campo base del Monte Everest (Nepal).

J: Fue una experiencia inolvidable, estar a más 6.000 metros de altitud, sin oxígeno, en el techo del mundo.

¿Con todas las experiencias acumuladas que les queda todavía por vivir?

B: Uno de los sueños pendientes es realizar un vuelo suborbital, en el que puedes viajar a la estratosfera en menos de 10 minutos. Hasta hace poco, Existía esa posibilidad en Rusia.

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