Un posible complemento al desempleo. Así es como el presidente de Grifols, Victor Grifols, presentó ayer su propuesta para el Gobierno español: permitir el pago por las donaciones de sangre, tal y como ya ocurre en EEUU. En su opinión, los principales beneficiarios de esta medida serían los parados. La Federación Española de Donantes rechaza la propuesta.
"Si se permitiera el pago de donaciones, Grifols podría pagar de 60 a 70 euros por semana a un posible donante que, sumado al paro, es una forma de vivir", señaló en una conferencia organizada por la escuela de negocios Esade.
Además, consideran que la implantación de la medida sería útil para contribuir a la creación de empleo y ayudar a reactivar la economía española. "Podrían generar 5.000 o 6.000 puestos de trabajo en un momento de crisis como el actual a lo que hay que sumar entre 500 y 600 millones de dólares en pagos a donantes".
España debe espabilar
"Este dinero lo damos en Estados Unidos; si España no lo quiere, que no coja", ha explicado el presidente de Grifols, Víctor Grifols, y ha indicado que una persona recupera muy rápidamente el plasma donado. Según recordó, el 80% del plasma del mundo procede de Estados Unidos. "España debería espabilarse porque si algún día Estados Unidos deja de exportar plasma, ¿qué pasará? No tendremos plasma ni hemoderivados", afirmó.
En este sentido, ha añadido que de volverse a aprobar en España la venta de plasma, que se hizo hasta 1985, Grifols pagaría por las donaciones. Tras la adquisición de Talecris en 2011, Grifols se ha convertido en el tercer productor mundial de hemoderivados, y cuenta con 147 centros de plasma en Estados Unidos, donde se gasta unos 600 millones de dólares en pagar las donaciones, un dinero que podría quedarse en España, a su juicio.
La FDA norteamericana permite realizar a un donante un máximo de dos donaciones de plasma en un intervalo de 7 días. En cada donación se obtiene aproximadamente 850 ml de plasma, según puntualiza la empresa. Además, recuerda que todo el mundo no puede ser donante de plasma y que el abono, de entre 25 y 30 dólares de media, se realiza como "contraprestación a su tiempo".
El "abuso" del Estado
Ha lamentado que la industria farmacéutica no podrá sobrevivir si el Estado continúa con su "abuso", en referencia al descenso continuado de precios y a los largos plazos en los que la administración paga a sus proveedores de medicamentos. "Este es el tercer año que el Estado baja los precios. Si esto dura mucho va a ser terrible para la industria farmacéutica porque no va a poder sobrevivir", ha asegurado.
Ha señalado que al Estado le interesa bajar los precios, y ha sostenido que ha visto productos con el mismo importe durante 17 años, a la vez que ha lamentado que la Seguridad Social tenga un peso del 95% en la cartera de clientes de las farmacéuticas.
En este sentido, ha criticado que el Gobierno ayude a sectores como el de la automoción en plena crisis y no al farmacéutico: "¿Por qué el Gobierno hace un Plan Renove cuando no se venden coches? ¿Por qué alimenta su industria y no la nuestra?". Así, Víctor Grífols ha sido claro al definir cómo ve la situación de España: "Lo veo mal porque la administración no paga, no hay consumo y los precios no suben. Lo lamento".
La multinacional de hemoderivados obtuvo unas ventas de 2.302,7 millones de euros durante el pasado año, lo que supone un incremento del 4,6%, unos resultados que incluyen los consolidados de Talecris correspondientes a doce meses. El 60% de la facturación procede de Estados Unidos y Canadá -donde ha afirmado que se cobra en 28 días en alusión directa al retraso en España-, el 24% se vende en Europa, un 8% en Latinoamérica y el otro 8% restante en el resto del mundo.
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