Oriol Barrachina, socio director de Cushman & Wakefield en Barcelona, no cree que el futuro del sector inmobiliario pase por recolocar todo el stock de oficinas acumulado, ya que lo considera obsoleto.
"Todas las grandes empresas demandan la misma tipología de oficinas, situadas en edificios nuevos y modernos, pero nadie se atreve a construirlos", afirma el directivo. Para Barrachina, el problema es que ya no quedan oficinas de este tipo en stock en un momento en que la demanda se está recuperando, llegando a su media "tradicional" de 300.000 metros anuales.
Lo cierto es que los últimos proyectos de edificios de oficinas iniciados antes del estallido de la crisis inmobiliaria ya están terminados y la entrega de nuevo stock se ha reducido de modo drástico, lo que ha contribuido muy favorablemente a la recuperación de la tasa global de desocupación. De hecho, en Barcelona no se prevén entregas de nuevos edificios vacíos hasta mediados de 2013, según un estudio de Cushman & Wakefield. En Madrid, sin embargo, sí que está previsto próximamente la entrega de algunos proyectos como Avenida América 115, que significará 50.000 metros cuadrados más, o Martín Villergas 49, que sumará otros 25.000.
Barcelona y su área metropolitana disponen actualmente de un parque de oficinas formado por unos 5.500.000 metros cuadrados. De estos, un 14,7 por ciento, es decir, 808.500 metros cuadrados, están sin ocupar, según Eva Jodar, directora de agencia de la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis en Barcelona. Además en 2011 "solamente se han vendido 166.000 metros cuadrados de oficina", lo que supone un descenso del 7 por ciento respecto a datos de 2010, señala Jodar.
Aún así, los datos de Cushman & Wakefield indican que los dos últimos trimestres tanto en Madrid como en Barcelona se ha logrado reducir la tasa de desocupación: en la capital española se ha pasado del 10,7 por ciento de hace seis meses al 10 por ciento actual. Por su parte, en Barcelona se ha logrado alcanzar el 13,19 por ciento, un punto menos que hace seis meses. Para el director del departamento de oficinas en Barcelona de la consultoría Aguirre Newman, Josep Maria Piqué, 2009 fue "el punto de inflexión" a partir del cual la contratación fue mejorando y, al mismo tiempo, fueron disminuyendo las entregas de nuevos proyectos. Aún así, pese a que la contención en el número de edificios que salen al mercado está siendo más que notable, el nivel de oficinas sin ocupar está aún muy por encima de las cifras anteriores a la crisis. "La alta desocupación respecto a los niveles históricos se explica porque estamos en una época de frenazo económico y aún con la inercia de la gran producción iniciada hace unos años", explica el director general de Inbisa Inmobiliaria, Manuel Balcells.
Prestigio internacional
Lo cierto es que, según el estudio de Cushman & Wakefield, en Barcelona se han contratado 61.000 metros cuadrados solamente en el tercer trimestre por 85.000 en Madrid, cifras bastante aceptables teniendo en cuenta que incluyen los meses de parón estival. Por otra parte, según datos de BNP Paribas, en la primera mitad del año se contrataron en Madrid 156.000 metros cuadrados, lo que supone un nivel similar al del semestre anterior, pero 90.000 metros cuadrados por debajo del primer semestre de 2010. Según la misma fuente, en el primer semestre se alquilaron casi 100.000 metros cuadrados en Barcelona, el 60 por ciento de esta cifra en el primer trimestre y el resto en el segundo.
En el mercado de oficinas europeo la situación no es muy distinta: aunque se ha observado una mejora gradual del sector en el segundo trimestre del año, para la segunda mitad de 2011 los analistas esperan una reducción.
Aún así, para el mercado de oficinas español hay una nota de esperanza en cuánto a inversión extranjera: la reputación de las principales ciudades españolas como centros de negocio sigue siendo muy relevante en el exterior. Según un reciente estudio de Cushman & Wakefield, Madrid y Barcelona siguen en el top 10 de ciudades europeas idóneas para ubicar negocios. La capital ha subido del octavo al séptimo puesto en el ranking, mientras que Barcelona ha bajado del quinto al sexto.