Tradicionalmente, las consideradas como mejores oficinas tanto en Madrid como en Barcelona eran aquellas situadas en las principales calles de ambas urbes.
Sin embargo, poco a poco los edificios de las zonas más céntricas de la Ciudad Condal y también de la capital del Estado han ido envejeciendo y ya no ofrecen las mismas posibilidades que otros edificios mucho más modernos que, eso sí, se están construyendo en la periferia de las dos ciudades.
El fenómeno es menos reciente en Madrid, donde las empresas han aprendido a descentralizar sus localizaciones mucho antes, pero apenas acaba de empezar en Barcelona. Zonas del área metropolitana de la ciudad catalana como Sant Cugat del Vallès o l'Hospitalet del Llobregat, bien comunicadas y a escasos 20 minutos de la ciudad, se erigen como alternativas reales y convincentes para las compañías en su búsqueda de nuevas sedes. "Hay una tendencia a la descentralización de la zona prime de oficinas hacia nuevas áreas de negocio", explica la directora de agencia de la oficina de Barcelona de CB Richard Ellis, Eva Jodar, quién añade: "Las empresas buscan espacios diáfanos, con luz y con características técnicas más modernas, así como servicios y comunicaciones".
De la misma opinión se declara el director general de Inbisa Inmobiliaria, Manuel Balcells, quien afirma que los espacios que ofrecen los nuevos rascacielos, pensados para ser suficientemente amplios como para que las compañías no tengan que distribuirse en distintas plantas, y los suelos técnicos son unas de las grandes ventajas.
La Plaza Europa
Es especialmente significativo el caso de la Plaza Europa, situada en el término municipal de L'Hospitalet, a un kilómetro escaso del termino municipal de Barcelona. La primera torre de oficinas de la plaza terminó de construirse en 2007 y desde entonces se han construido hasta 27 edificios más. Según Jodar, la ocupación de estos 28 edificios roza el 65 por ciento y es especialmente significativo que entre enero y septiembre de este año el nivel de ocupación haya aumentado en un 15 por ciento. De este modo, a penas quedan 41.000 metros cuadrados construidos disponibles. Sin embargo, aún quedan otros 43.900 metros cuadrados más que están en proceso de construcción. Una vez concluidos, el 70 por ciento de los edificios de la zona ya estarán terminados y quedará otro 30 por ciento por levantar. Inbisa, que posee su propio edificio en la zona, ya ha logrado "una ocupación del 35 por ciento", explica Manuel Balcells.
Uno de los puntos fuertes de Plaza Europa es su proximidad con el Aeropuerto de El Prat, el Puerto y el centro de Barcelona, además de la Ciudad de la Justicia y la Fira de Barcelona. De hecho, más de 20 grandes empresas ya se han instalado en el recinto, como Spanair, Gallina Blanca o KPMG.
Según un estudio de la Universidad de Barcelona, la Plaza Europa tendrá un impacto económico sobre la zona de unos 2.294 millones de euros. Además, el informe sostiene también que genera hasta 18.717 empleos. Con 335.000 metros cuadrados construidos, la Plaza Europa es ya uno de los referentes financieros y económicos de la ciudad.
Ideada por el arquitecto Albert Vilaplana, la plaza ha supuesto el soterramiento integral de la Gran Vía y de su tráfico, así como la apertura de un boulevard de más de un kilómetro de longitud. Además, grandes figuras de la arquitectura como Toyo Ito o Jean Nouvel han proyectado edificios en esta zona, contribuyendo al dibujo de un nuevo skyline en la ciudad condal. Tanto el Hotel Porta Fira como la Torre Realia, un edificio de oficinas de 30.000 metros cuadrados, son obra del arquitecto japonés, mientras que la Torre Catalonia fue creada por Nouvel.
Recientemente se han puesto en marcha nuevas construcciones. Es el caso de la nueva sede corporativa de Grupo Puig, un proyecto financiado por CatalunyaCaixa, que colocó su primera piedra hace solamente una semana. También están en marcha el edificio Repsol y la Torre Mangado, entre otros.