La seguridad será la protagonista de la fiesta de Sant Joan. La importancia de prevenir a toda costa cualquier incidente en una fecha ya de por sí complicada se ha multiplicado después de la tragedia del año pasado en la estación de Castelldefels; doce personas perdieron la vida por cruzar las vías por un lugar indebido, en lugar de utilizar el paso inferior.
El conseller de interior de Cataluña, Felip Puig, afronta su primera noche de Sant Joan al mando y las medidas de prevención que ha propuesto incluyen un gran refuerzo de los dispositivos policiales y de Protección Civil.
La atención recae especialmente en el control de las carreteras, ya que este año la celebración coincide con un puente, así como el respeto al orden público sobre todo en zonas de la costa, donde se celebran la mayoría de las verbenas. Los Mossos habilitarán hasta 69 controles de alcoholemia y drogas solamente la noche de hoy, mientras que durante el puente están previstos más den 400. Puig indicó que el número de positivos en los controles prácticamente se dobla la noche de la verbena: ?si la incidencia media es de un 4 por ciento de positivos, en la última verbena el número subió hasta el 7 por ciento?. Por ello, el conseller recomienda no coger el coche durante esta noche.
Las estaciones de tren son, evidentemente, otro de los puntos sensibles y entre ellas destaca la de Castelldefels: de los 134 Mossos desplegados allí para esta noche, 18 estarán en la estación controlando que se use el paso inferior. En Barcelona ciudad, el transporte también se prepara para la fiesta: el metro funcionará ininterrumpidamente durante 45 horas, hasta las dos de la madrugada del día 25, para facilitar los desplazamientos durante la verbena.
Otro de los temas que preocupan al conseller son los ?posibles enfrentamientos? entre 'indignados' y ?alborotos habituales?; de hecho, Puig se puso a disposición de todos los alcaldes para intervenir policialmente si consideran que se generan disturbios entre ambos grupos. Por el contrario, en unas recientes declaraciones, Jordi Hereu (exalcalde de la ciudad condal) afirmó que la acampada en Plaza Cataluña puede convivir perfectamente con la verbena, ya que ?ha sido compatible con muchos otros eventos recientes?, como por ejemplo las celebraciones blaugrana.
Cocas y petardos
Las tradicionales cocas y los petardos serán año más el alma de la fiesta de Sant Joan, aunque la crisis les va arañando peso y presencia: por segundo año consecutivo, los catalanes han gastado menos dinero en la celebración de la verbena. ?Antes, el gasto media estaba entre 30 y 50 euros por cliente, ahora la mayoría se queda en los 20 euros?, explicó Eduard Cunillera, presidente de la Asociación de Fabricantes y Mayoristas de Pirotecnia de Cataluña (Afimac).
Cunillera afirma que este año aspiran a igualar las ventas del año pasado, aunque lo más probable es que las ventas bajen entre un tres y un cinco por ciento.?Esperamos remontar en el último día [por hoy], de momento el tiempo nos acompaña mucho?, afirmó Cunillera. Este año hay contabilizados más de 800 puntos de venta en toda Cataluña, 600 como casetas provisionales y 200 puntos habituales.
Las Bombetas son un año más el petardo estrella y ?con diferencia?, según Cunillera. Le siguen las fuentes de luz, que poco a poco han ido conquistando el terreno de los petardos más ruidosos y ?gamberros?, que se han ido viniendo a menos.
En cuánto a las cocas, las previsiones del Gremio de Pastelería de Barcelona y provincia llegaban a 1.600.000 unidades vendidas, una cifra algo menor a la del año pasado y que, además sigue la tendencia de los últimos años a adquirir cocas de menor tamaño. Los precios se han mantenido, y los cálculos apuntan a que una familia de cuatro miembros habrá gastado de media entre 16 y 30 euros en esta tarta tradicional.
Según los pasteleros, la coca preferida sigue siendo la clásica de brioche con fruta confitada y piñones, seguida por la de chicharrones y la de piñones rellena de crema.