Cataluña

El reparto de los réditos en la empresa

Es necesario que la dirección de las grandes empresas, junto con el capital y el trabajo, encuentren entre los tres el sistema de cómo se reparte entre ellos el beneficio generado en la empresa.

A lo largo del siglo XIX y principios del XX fructificaron y se desarrollaron el anarquismo y el comunismo fruto del desequilibrio existente en la época entre capital y trabajo. Las industrias y negocios crecieron a gran velocidad y fueron el origen de grandes industrias jamás vistas hasta aquellos momentos. En España el Pais Vasco se inclinó por la siderurgia y Catalunya por la industria textil principalmente, naciendo a su sombra las colonias fabriles de las riberas del rio Ter y del Llobregat originando grandes fortunas a sus propietarios.

La gran desigualdad en el reparto de la riqueza entre el capital y el trabajo en nuestras tierras, después de muchos años de enfrentamientos sociales, desencadenó junto con otras causas, nuestra guerra civil. Con la llegada de la Dictadura, Franco centralizó en él y su Gobierno la mayoría de las decisiones que concernían a empresarios y trabajadores, controló las patronales y creó el sindicato vertical que también controlaba.

Después de cuarenta años de politica económica y social encorsetadas y bajo férreo control gubernamental, cala en nuestra sociedad una forma de hacer de empresarios y sindicatos que teme la libertad porque cree que dicha libertad volverá a desequilibrar la balanza a favor del capital y en perjuicio del trabajo sin apreciar que con el transcurrir del tiempo todo cambia y evoluciona.

Hoy el capital pequeño y mediano se ha diluido mediante la política fiscal redistributiva y solamente resta el gran capital como fuerza a vigilar. No obstante el manejo de este gran capital ya no está en manos de sus propietarios, quien detenta el poder real de este capital es la Dirección de las empresas, nuevo elemento que antes no existía.

Esta Dirección de las empresas puede o no coincidir con la propiedad del capital pero en la mayoría de los casos no coincide y quien maneja los hilos de la gran empresa es la persona o personas que ostentan la dirección de la misma y son los responsables últimos de las grandes decisiones. Hoy este nuevo elemento, la Dirección, debe incorporarse a los otros dos, capital y trabajo y encontrar entre los tres y también asumir cada uno de ellos su responsabilidad por las pérdidas de la misma.

En España llevamos muchos años de dirigismo que impide a las tres partes en juego encontrar el equilibrio del reparto. Debemos abrir la puerta de la libertad sin temor puesto que nos hará más responsables.

*Artículo proporcionado por Javier Sedó Conde, miembro del consejo editorial de elEconomista en Cataluña.

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