Artur Mas ha pisado el freno. La decisión de recortar el presupuesto de la sanidad catalana en un 10 por ciento (entre 850 y 1.000 millones de euros) ha desencadenado una protesta generalizada entre la población catalana, lo que ayer llevó al Ejecutivo catalán a paralizar las medidas de ajuste y negociarlas con el colectivo sanitario antes de aplicarlas.
Pese a esta reapertura del diálogo, Mas sólo paralizará las medidas hasta después de las elecciones municipales del 22 de mayo, ya que justo después está previsto que el Ejecutivo catalán presente el presu- puesto de 2011, donde ya deben estar recogidos todos los recortes presupuestarios.
En rueda de prensa, el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, explicó que con esta medida se gana tiempo para escuchar la opinión del sector, muy molesto con las medidas que ya se han empezado a ejecutar como el cierre de quirófanos por las tardes y la supresión de camas hospitalarias. Homs también admitió por primera vez que la reducción del presupuesto sanitario pueda ser inferior al 10 por ciento.
Hoy el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep María Padrosa, hará un balance sobre las medidas de choque presentadas por los hospitales catalanes, en las que sí hay consenso y que se aplicarán de inmediato: optimización del gasto farmacéutico y simplificación administrativa
