
El precio de la vivienda de obra nueva en la ciudad de Barcelona cayó en 2020 por primera vez en siete años, según los datos de APCE, la asociación de los promotores, que lo atribuyen a la falta de compradores internacionales por la pandemia.
Así, mientras que el precio por metro cuadrado útil subió un 6,3% en 2020 en el conjunto de Cataluña, en la capital catalana retrocedió un 3,2%, aunque sigue siendo el más elevado (7.059 euros).
Además, la evolución es desigual según la zona de la ciudad, de manera que hay distritos que aumentaron significativamente el precio por metro cuadrado útil en las promociones en venta en 2020, como Nou Barris (35,5%), Sarrià-Sant Gervasi (22,1%) y Horta-Guinardó (12,9%); mientras que los que tuvieron variación negativa fueron Sants - Montjuïc (-11,1%), Les Corts (-8,7%) y Gracia (-7,6%).
Según los datos históricos de APCE consultados por elEconomista, no se veían caídas de precio en la obra nueva de la ciudad desde 2014, cuando empezó una senda alcista que se ha truncado en 2020. Con todo, los promotores lo consideran coyuntural y de estabilización, ya que calculan que la oferta actual no llega a cubrir las necesidades de la demanda.
En la provincia de Barcelona, el precio por metro cuadrado útil subió un 4,4%, debido al aumento de demanda de viviendas más espaciosas, con espacios exteriores y más en contacto con la naturaleza, algo muy difícil de conseguir en la capital, explicó este miércoles en rueda de prensa Eduard Brull, presidente de la comisión de Turismo, Economía e Internacional de Apce.
De hecho, las viviendas más construidas en los dos últimos años en Barcelona ciudad son de dos dormitorios, seguidas de las de tres, que son las más numerosas en el parque total de vivienda. De 2019 a 2020, la superficie media de las nuevas viviendas en la capital ha caído un 9,9%, y el precio medio un 9,8%.
Freno de la construcción
De cara al futuro, a los promotores les preocupa que está cayendo la cifra de construcción. El número de viviendas de obra nueva en venta en 2020 en Cataluña se recortó un 27,2%, y hubo alrededor de 12.000 viviendas iniciadas el año pasado, frente a unas 14.500 en 2018 y 2019: "Lo vemos con preocupación porque la necesidad estructural es de 25.000 viviendas anuales y si no somos capaces de construirlos estamos tensionando el mercado y no atendiendo a la demanda", expuso Brull.
También proponen un gran pacto público-privado para potenciar el parque de vivienda de protección oficial (VPO), y acabar con la "hiperregulación" de los últimos años.
Ejemplificó que, desde que el Ayuntamiento de Barcelona obligó a destinar un 30% de las nuevas promociones y grandes rehabilitaciones a VPO, no les consta ninguna licencia afectada por parte de promotores privados porque no las han presentado: "Medidas como esa lo que hacen es restringir la oferta".
Agregó que la normativa catalana 11/2020 de limitación de precios del alquiler también ha tenido el efecto contrario, con la retirada de proyectos de construcción de 1.500 viviendas que iban a ser destinadas a alquiler: "La solución a los precios debe venir por más oferta".
En el caso del plan municipal en elaboración en Barcelona para proteger la identidad del distrito de Gracia multiplicando restricciones urbanísticas, Brull defendió que "se pueden conseguir buenos resultados de preservación de la identidad sin imponer grandes limitaciones que restringen la actividad, porque al final no habrá actividad".
En este sentido, explicó que desde el consistorio les han trasladado que los remontes solo podrán ser de VPO: "Pues no se hará ninguno, porque la VPO la están haciendo los privados", y los costes de construcción de una vivienda han aumentado un 40% en los últimos 13 años, según sus datos, por lo que no les saldría a cuenta.