
La última apuesta del grupo familiar Ametller Origen, dedicado a la producción agrícola, la elaboración de productos alimentarios y la comercialización y distribución de ambos en sus tiendas propias o para terceros, es una oportunidad para ampliar su división de restaurantes: gestiona el café-restaurante que ha abierto Casa Seat en el centro de Barcelona. Se trata de una réplica a pequeña escala de su Mercat d'Autors, la tienda más grande del grupo en Barcelona.
Su director general Josep Ametller explica que el Covid-19 ha sido una oportunidad que les permite mantener las previsiones para este año.
¿Qué previsiones económicas tienen para cerrar el año?
Esperamos cumplir el presupuesto inicial con un crecimiento anual del 10% hasta los 220 millones.
Una inmejorable manera de salir de la crisis del Covid-19.
El proyecto de Casa Seat es una extensión del Mercat d'Autors que impulsamos en la tienda de la calle Numancia de Barcelona, con más de 1.000 metros cuadrados de superficie. Allí instalamos justo antes del Covid-19 un street food con corners para las diferentes cocinas de los chefs Nandu Jubany, Hideki Matsuhisa, Josep Maria Kao, Max y Stefano Colombo, Diego Rojas y el pastelero Christian Escribà, además del panadero Jordi Morera, con un obrador propio y una molienda para elaborar pan del día y 100% ecológico. También disponemos de las ensaladas y el corner veggie de Xavier Sancho y Adrià Onaindia, el pescado fresco de Pep Sampera, una carnicería especializada y los helados de Rocambolesc de Jordi Roca.
¿Habrá más restaurantes?
De momento sumamos Casa Seat a los restaurantes de Sant Cugat, Olèrdola y el situado en el World Trade Center dirigido a un público joven e internacional, para conocer qué quieren las nuevas generaciones.
El Mercat d'Autors es una apuesta de excelencia para una tienda de barrio. ¿El consumidor está dispuesto a pagar?
Un producto vale lo que cuesta producirlo. En la agricultura, si la distribución no paga lo justo, el agricultor se ve obligado a producir el máximo por hectárea para ser rentable. Hay más cosecha, pero el sabor disminuye. Este ha sido el gran hándicap de la agricultura industrializada de los últimos 20 años. Hemos ahuyentado a los consumidores que han dejado de consumir fruta y hortalizas frescas porque el producto era bueno. Se ha tratado a la fruta como un producto seco, yendo a volumen en lugar de calidad.
¿Se puede revertir esta situación?
En Ametller Origen lo hacemos. Hay que producir menos por hectárea. La agricultura sostenible requiere menos riego, más control hídrico, menos abono -hay que dejar a un lado el nitrógeno-, menos tratamiento químico... Un producto recolectado de esta forma tienen más dulzor y más nutrientes. El mejor indicador de una fruta de calidad es el sabor, a un precio razonable. No se puede vivir de una sola hectárea, tienes que ser competitivo y ofrecer una buena relación calidad-precio, por eso participamos en el proyecto The Green Farmers.
Hábleme de él.
Tenemos la primera denominación de productores de fruta y verdura de Barcelona con diferentes agricultores (Baix Llobregat, Maresme, Ebre, Lleida...), unas 1.500 hectáreas, con una coherencia de gama, de calidad. Es una producción sostenible, de calidad y organoléptica.
Hay que retribuir al agricultor.
Ametller es productor desde hace muchos años. El 60% de lo que vendemos en las 104 tiendas que tenemos en Cataluña es producción propia y un 50% de lo que recolectamos se vende a terceros. Ahora gestionamos entre propias y de terceros unas 1.200 hectáreas de cultivos de frutas y verduras, desde las comarcas del Maresme a las del Ebre, además de Alicante, Almería, Murcia o Soria. Pagamos por la calidad que nos ofrecen.
Durante la pandemia han entrado en el segmento de la droguería.
El Covid-19 ha acelerado la idea. Como distribuidores no ofrecemos la gama completa de productos pero incorporamos 20 productos de droguería y de cuidado personal para el canal online y en quince tiendas físicas. El cliente ya los ha consolidado en la cesta de la compra.
¿Será la tienda del futuro?
No queremos ser una tienda completa pero sí vamos incorporando productos de compra más recurrente que el cliente agradece.
¿La venta online que recorrido tuvo durante el confinamiento?
El Covid-19 aceleró cinco años la venta online y multiplicamos por 10 los pedidos por internet hasta más de mil servicios al día y ahora estamos multiplicando por cinco, con unos 700 pedidos diarios.
¿La pandemia ha truncado su plan anual?
Lo ha retrasado. Mantenemos la idea de abrir otros ocho o diez puntos de venta, en línea con la media anual de los últimos años. En la provincia de Barcelona, donde reside la mayoría de la población de Cataluña. En ciudades de entre 20.000 y 30.000 habitantes, con establecimientos de entre 300 y 400 metros cuadrados, aunque también pueden ser más pequeños.
¿Qué inversión tienen prevista?
Un plan para unas 10 aperturas, siempre en régimen de alquiler, requiere de media entre 5 y 6 millones de euros, dependiendo del tamaño de los establecimientos y su ubicación. Todos nuestros locales están en régimen de alquiler.