Cataluña

El resurgir de la moderación en Cataluña

Juan Carlos Giménez-Salinas. Luis Moreno

Los muchos años de hegemonía convergente, unidos a la senectud de su líder carismático, Jordi Pujol, propiciaron su decadencia, que fue utilizada por grupos radicalizados hacia una deriva místico-independentista, que nos condujo hacia una sociedad quebrada pero muy ideologizada en favor de un nacionalismo provocador y extremista.

Esta deriva de la antigua Convergència y Unió hacia un extremo produjo un vacío político que a día de hoy no se halla ocupado. Pretendió y consiguió Ciudadanos ocuparlo con éxito en sus comienzos, pero su derechización y su marcha hacia más amplios horizontes, ha provocado que gran número de ciudadanos moderados, tanto de la derecha, como del centro e izquierda, se encuentren con que ninguno de los partidos existentes les represente.

El PSC hubiera podido significar un refugio del voto de quien se inclina por el centro izquierda, incluso por el centro derecha, pero al conformar Gobierno en Madrid con Unidas Podemos y los partidos independentistas de izquierdas, le ha conducido hacia la izquierda y le ha alejado del votante de centro.

Como el espacio vacío siempre tiende a ser ocupado, desde hace un tiempo en Cataluña se están construyendo formaciones políticas integradas por algunos políticos de la antigua CiU que con matizadas propuestas pretenden ocupar este espacio.

A los antiguos políticos se suman nuevas generaciones de hombres y mujeres deseosos de moderación y pragmatismo que no advierten en las formaciones políticas actuales. Estos nuevos grupos o plataformas defienden un posibilismo político y pretenden olvidar los crispados momentos sufridos por los catalanes.

Defienden que todo objetivo debe ser obtenido mediante la negociación, incluida la posibilidad de modificar la Constitución. Defienden que cualquier camino que se proyecte debe plantearse en el seno de la legalidad.

Todos estos grupos plantean, desde perspectivas diversas, propuestas económicas, para enseñanza, sanidad, vivienda, etcétera, centrándose, por fin, más en la sociedad que en la identidad. Estas plataformas y proyectos buscan el nicho del centro sociológico, pero, aun siendo loable su propósito, nuestra ley electoral les penalizará si acuden a las urnas cada uno por su lado. En cambio, podrán conseguir un resultado esperanzador si se presentan unidos.

Queda poco tiempo para conseguir acuerdos, el president Torra puede convocar elecciones en cualquier momento. Esta posible unión de iniciativas diversas es alentadora incluso para gentes que piensan de un modo diferente pero que les une la superación de una etapa convulsa y el retorno a administrar y dirigir nuestra sociedad sin alentar ilusorias utopías.

Desde un pensamiento liberal progresista, también llamado individualismo solidario, corriente de pensamiento que tiene puesta su mirada en el desarrollo de la persona individual y pretende resolver los problemas inmediatos que acontecen a toda sociedad en desarrollo, sin ideas preconcebidas, debe también apoyar esta iniciativa. Los grupos que se mueven en este ámbito contraponen las ideas pragmáticas a cualquier nacionalismo, pensamiento político que ha originado todos los conflictos bélicos en Europa durante los últimos dos siglos.

En definitiva, debe alentarse esta iniciativa por todas aquellas personas que consideran que cualquier tipo de violencia, sea física o psicológica, es contraria al desarrollo de las personas, ya que únicamente pretende su manipulación menguando su capacidad de libertad.

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