Las administraciones deben tomar medidas para incrementar la capacidad del transporte público interurbano entre Barcelona y el área metropolitana, ya que la estructura actual no puede absorber los alrededor de 134.000 conductores que tendrán que buscar alternativas de movilidad a partir de enero por no disponer de la etiqueta ambiental requerida en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad, según un estudio del Racc.
La entidad ha constatado que cinco líneas de Rodalies de Cataluña (Renfe) y algunas líneas de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña actualmente superan el 100 por cien de su capacidad en hora punta. Por eso mismo, el Racc también ha pedido una gestión inteligente de las infraestructuras viarias y ferroviarias y la eficiencia en el uso del vehículo privado.
Precisamente también este martes, la concejal de ecología, urbanismo, infraestructuras y movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, ha pedido esfuerzo inversor en transporte público a la Generalitat y al Estado. Asimismo, le ha dado un toque de atención al puerto de Barcelona y al aeropuerto de El Prat para que disminuyan las emisiones.
Alternativas de movilidad
Según el estudio del Racc, un total de 134.000 personas deberán adaptar su movilidad diaria. Después de entrevistar a 400 conductores afectados por las medidas del Ayuntamiento, el Racc ha concluido que más de la mitad de los afectados que se mueven entre Barcelona y el área metropolitana piensan pasarse al transporte público. El resto prevén continuar con vehículo privado adquiriendo uno nuevo o de segunda mano.
Dentro de Barcelona, el 53 por ciento de los conductores son potenciales usuarios de transporte público. En cambio, el porcentaje restante oscila entre adquirir un nuevo vehículo privado (27%); desplazarse caminando, en bici o con vehículos de movilidad personal (19%); o compartir coche con alguien más (1%).
De momento, el sistema tarifario del transporte público en Barcelona dispone de la T-Verde, una tarjeta con viajes ilimitados durante tres años para aquellos conductores sin la etiqueta ambiental de la DGT que den de baja su coche viejo y no lo sustituyan. Según el Racc, el 39,6 por ciento de los afectados piensa usarla.
Ocupación actual del transporte
El Racc prevé que cerca de 18.000 personas requerirán un medio alternativo en hora punta por la mañana, entre las 7:30h y las 9:30h, a partir del 1 de enero.
Los corredores más afectados serán el del Delta del Llobregat y Maresme, que según el informe no podrá absorber el incremento de usuarios en hora punta ya que ya supera el 100 por cien de su capacidad; y el corredor del Vallès Oriental podrá llegar a su límite fácilmente, pues en estos momentos está ocupado en un 98 por ciento.
Los corredores del Vallès Oriental y Baix Llobregat sí que podrán acoger los nuevos pasajeros, aunque habrá problemas de confort entre los usuarios y en hora punta podrán llegar a la totalidad de su ocupación.
Zona de Bajas Emisiones
El Ayuntamiento de Barcelona ha concretado este martes la ordenanza definitiva de la ZBE, que incorpora que los ciudadanos con una renta anual de hasta 8.000 euros que necesiten su vehículo para trabajar podrán disfrutar de un año de moratoria durante el que podrán circular por la ciudad aunque no dispongan de etiqueta ambiental.
El texto de ordenanza, que incluye esta propuesta, también especifica los vehículos que podrán entrar de forma esporádica en la zona. Entre estos destacan los vehículos blindados, las unidades móviles de radio y televisión, vehículos taller o laboratorio, y algunos vehículos propios del sector de la construcción.
Asimismo, fija los criterios del sistema sancionador. Cualquier vehículo sancionado que al cabo de 90 minutos siga circulando por la ZBE, podrá ser multado de nuevo. Las sanciones serán de 100 euros cuando sea una infracción leve, 200 euros para las graves y 500 euros para las muy graves. Los ingresos de estas sanciones servirán para invertir en movilidad sostenible, según el consistorio barcelonés.
La medida entrará en vigor el 1 de enero de 2020 con el objetivo de proteger la salud de las personas y para responder ante la emergencia climática. Con el Plan Clima, el Ayuntamiento pretende reducir 200.000 toneladas de CO2. La puesta en marcha de la ZBE pretende sacar a 50.000 vehículos contaminantes de las calles de la ciudad, reduciendo un 6 por ciento el CO2 y un 15 por ciento el dióxido de nitrógeno.