
La consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, prevé que la economía de Castilla y León continúe creando empleo en 2019 pese a la desaceleración, que reducirá el crecimiento del PIB a una tasa por encima del 2 por ciento frente al 2,9 del pasado año.
Del Olmo ha presentado la Contabilidad Regional de Castilla y León de 2018, que se ha cerrado con un incremento del PIB del 2,9 por ciento, dos décimas por encima de la previsión que realizó la propia Junta en sus presupuestos para 2018, cuatro décimas por encima de la media nacional y también mejor que los crecimientos del PIB de la Zona Euro (+1,8 por ciento) y de la Unión Europea (+1,9 por ciento).
El crecimiento del 12,1 por ciento del sector primario, especialmente la producción agraria, es la principal razón de este incremento.
El pasado año, la creación de empleo en términos EPA en la Comunidad superó los 25.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, con un crecimiento del uno por ciento, dos décimas más que en 2017. Además, 2018 supone el quinto año consecutivo con tasas de crecimiento del PIB superiores al 2 por ciento, evolución que se traducido en la creación de 70.000 empleos a lo largo de la legislatura, de los que la mitad corresponden a la industria.
Medidas ante la desaceleración
La consejera ha abogado por poner en marcha mecanismos para frenar la desaceleración y mantener la senda de crecimiento de empleo de los últimos años y aunque ha destacado la importancia de la estabilidad política en la buena marcha de la economía, también ha advertido de que existen importantes incertidumbres que puede afectar considerablemente como el Brexit o la política comercial de Estados Unidos.
En cuanto a la industria, la variación anual fue del 1,3 por ciento, tres décimas por debajo de la subida de 2017. Las ramas manofactureras se desaceleraron hasta el 1,6 por ciento, mientras que las ramas energéticas se anotaron un descenso del 1,5 por ciento, caída que en 2017 fue del 9,6 por ciento.
Por su parte, la construcción creció el pasado año un 2,9 por ciento, cuatro décimas menos que en 2017. La obra civil aumentó su actividad frente al descenso en la edificación no residencial y la desaceleración de la edificación residencial respeto al año precedente. Mientras tanto, el sector servicios se incrementó un 3 por ciento, cuatro décimas menos.
El consumo final creció un 2,4 por ciento, tres décimas menos. El gasto en los hogares aumentó el 2,8 por ciento, tres décimas más, mientras que el gasto de las administraciones se contrajo considerablemente al pasar de un crecimiento del 3,3 por ciento al 1,4 por ciento.
Por su parte, las inversiones se incrementaron siete décimas por debajo de 2017, hasta el 4,5 por ciento. Los bienes de equipo subieron un 3,4 por ciento, cinco décimas menos, y la inversión en construcción un 5,1 por ciento, también cinco décimas menos.
En cuanto al sector exterior, en 2018 se produjo una contribución negativa al crecimiento del PIB estimada en un 1 punto porcentual, mientras que en 2017 alcanzó el -1,3 por ciento. Las importaciones totales se desaceleran en mayor medida que las exportaciones totales, mostrando variaciones del 0,4 por ciento y el 0,3 pro ciento respectivamente.