
El exdirector general de la extinta Caja Segovia Manuel Escribano y el exsecretario general Antonio Tapias han declarado este martes en la Audiencia de Segovia que el plan de prejubilaciones aprobado por la entidad en 2006 les ha perjudicado. Entre ambos cobraron 7,8 millones.
Escribano y Tapias han sido los primeros en declarar en el juicio de las prejubilaciones millonarias de Caja Segovia.
El primero en someterse al interrogatorio para esclarecer la supuesta comisión de delitos de apropiación indebida y administración desleal ha sido Escribano, quien ha explicado que el principal objetivo del plan, por el que han percibido 17 millones de euros, era que los directivos de la entidad no se pudieran prejubilar hasta 2011.
La única condición que se aplicaba en la Caja para la prejubilación de cualquier trabajador era tener 53 años y presentar la solicitud, lo que suponía que todos, excepto uno de los directivos, se podían prejubilar antes de que concluyera el plan estratégico que estaban desarrollando y que abarcaba el periodo entre 2007 y 2011.
Restricción de derechos
A su juicio, este acuerdo al que llegaron no supone un beneficio para el comité de dirección, sino más bien una "restricción de los derechos", y ha confirmado que fue el exresponsable de Recursos Humanos Enrique Quintanilla, quien formuló la propuesta de prejubilaciones, pero lo hizo con su apoyo y con la posterior aprobación de los consejeros en 2006.
En concreto, se acordó que les quedaría en concepto de prejubilación el 74,7 por ciento de la retribución de los últimos tres años, aunque ha reconocido que en modificaciones posteriores en 2008 y 2010 se estableció que únicamente se tendrían en cuenta los últimos doce meses.
No obstante, al integrarse Caja Segovia en Bankia en 2010 se produjo un efecto "liberador" del acuerdo entre ambas partes, según ha admitido, motivo por el que los directivos comenzaron a prejubilarse a principios de 2011 y no un año después como habían acordado, ya que habría sido una "irresponsabilidad" no tener ingresos y seguir contando con siete directivos para solo once empleados, ha matizado, según informa Efe.
Asimismo, en su caso ha alegado que de haberse podido acoger al ERE de Bankia su prejubilación hubiese sido 660.000 euros más alta de los 5,8 millones de euros que ha cobrado, y ha declarado no haberse aprovechado nunca de la confianza que depositó en él esta entidad.
Por su parte, Tapias ha destacado que todos los consejeros tenían acceso a la documentación que se abordaba en cada uno de los consejos que se celebraran en la Caja y que, en concreto, los relativos al plan de prejubilaciones que tuvieron lugar en 2006, 2008 y 2010 fueron avisados "en tiempo y forma y con toda la documentación a su disposición".
En su caso cobró casi dos millones de euros y retrasó su prejubilación hasta en dos ocasiones por petición del la directiva, sin embargo, considera que este plan de prejubilaciones no les benefició en ningún momento respecto al resto de empleados.