Castilla y León

El capital riesgo pone el foco en el sector agrario

El "agro" se ha situado en el radar del "Private Equity", inmerso en un auténtico frenesí de compras de compañías agroalimentarias de nuestro país.

Fernando García Ferrer, socio responsable de Private Equity de KPMG en España, explica este interés en el sector primario en "la existencia de algunos operadores locales con elevado potencial de mejora del producto, calidad, innovación y, en definitiva, de la existencia de aportación de valor añadido para el consumidor final, derivado de la capacidad de Investigación y Desarrollo (I+D)". Más información en la revista gratuita elEconomistaAgro

García Ferrer señala la reciente adquisición del grupo multinacional español Planasa por parte de Cinven, como muestra de la "clara apuesta" del private equity por "este sector fundamental de la economía española".

La compra de Cinven por 450 millones de la mayoría accionarial del gigante navarro de la hortofruticultura, con una facturación de 109 millones de euros y 2.000 empleados, ha sido la última de una amplia lista. También en octubre el fondo ADM Capital Partners cerró la compra de Olivos Naturales (Innolive), uno de los mayores productores europeos de aceite de oliva virgen extra en una operación valorada en 130 millones de euros. En noviembre de 2016, el fondo ProA Capital cerró la compra de la sociedad agraria de transformación Moyca, líder en la fabricación de uvas de mesa sin pepitas. También a finales del año pasado, la firma Bridgepoint adquirió Sapec Agro Business, especializadas en herbicidas y fertilizantes.

El socio de KPMG prevé que el capital riesgo seguirá mostrando "un interés creciente" en el sector agroalimentario, "en la medida en que los operadores industriales cuenten con capacidades de desarrollo que justifiquen la mejora continua de sus productos y procesos productivos". García Ferrer destaca, en este sentido, las oportunidades como "palanca de crecimiento" que el Private Equity supone para el sector agroalimentario al ser "un claro incentivador de la diversificación, internacionalización e innovación, que son aspectos clave a considerar en el crecimiento del sector".

Junto a esto, señala también como aspecto "positivo" del aterrizaje del Private Equity en la agroalimentación, la profesionalización de los procesos de gestión. "El sector agrario y agroalimentario español cuenta con un gran número de operadores regionales de distintos tamaños, cuyo foco histórico ha estado centrado en los procesos productivos y menos en la gestión de la información del negocio, distribución y comercialización".

La digitalización, el cambio climático o el Brexit son retos que el capital riesgo puede ayudar a afrontar. "La financiación siempre ha sido un "caballo de batalla" del sector, pues gran parte de la mejora en su eficiencia y competitividad ha dependido de su capacidad de inversión -capex-, que se ha visto limitada en el pasado por "estrategias cortoplacistas". Fernando García Ferrer admite también que las nuevas tendencias de consumo -productos saludables, ecológicos, superalimentos, van a hacer que el Private Equity tenga "un largo recorrido" en el sector alimentario. "El sector agrario y agroalimentario requiere del desarrollo de nuevas variedades y servicios más acordes con estas nuevas tendencias, que hoy en día no están todavía totalmente cubiertas".

Megatendencia de inversión

El sector agrario no es sólo objeto de atención del capital riesgo. También los fondos soberanos, vehículos de inversión de los Estados, que quieren asegurarse su independencia alimentaria, o los grandes fondos de pensiones están mostrando interés por las inversiones en cultivos o compañías relacionadas con el sector.

"Se trata de una megatendencia de inversión", explica Gabriel Colominas, analista financiero del Panda Agriculture&Water Fund, el primer fondo agrícola de renta variable creado en el mercado español. "La demanda de los alimentos no decae. Ya no sólo por las previsiones de crecimiento de la población mundial -cada día nacen 200.000 personas-, sino por la mejora de las condiciones de vida. Cada vez hay menos gente pobre, y cuanto más renta disponible tiene la población, más proteínas animales consume y se amplía además la demanda de variedad de productos, que ofrece una oportunidad de especialización a los productores".

El Panda Fund permite a inversores particulares convertirse en "copropietarios" de algunas de las empresas agrícolas y del agua, más importantes del mundo. "Hemos invertido en toda la cadena de valor, desde productores de carne o cereales a fabricantes de tractores o compañías de riego". El fondo nació en mayo de 2013. "A nivel de inversión, el sector agrícola ha estado muy olvidado por parte del sector financiero. Pero la gente es muy receptiva cuando se les explica un producto de este tipo porque es algo que ven en su día a día", explica Colominas. Desde su creación en mayo de 2013, el Panda Agriculture se ha revalorizado un 33 por ciento, seis puntos más del índice al que están referenciados. "Este año llevamos un 3,9 y el año pasado dimos un 18,6 por ciento y fuimos el mejor fondo agrícola. Morningstar nos ha concedido las cuatro estrellas".

El fondo invierte en compañías de plantaciones fertilizantes y ganaderas, además de empresas de maquinaria, de logística, etc. Una parte importante del porfolio, que puede llegar a ser del 20 por ciento, corresponde al sector del agua, lo que le da el punto diferencial respecto a otros fondos agrícolas que hay en el mundo.

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