Castilla y León

La economía de Castilla y León creció un 3,2% en 2016 pese a registrar una desaceleración

Pilar del Olmo, consejera de Economía y Hacienda de Castilla y León

Pese a la desaceleración de la economía regional, el Producto Interior Bruto de Castilla y León creció en 2016 un 3,2 por ciento gracias a la agricultura y la industria, dos décimas por encima de su crecimiento en 2015.

El crecimiento se situó en la línea del comportamiento de la media nacional y por debajo de la Unión Europea, que fue del 1,8 por ciento, unos datos que,según la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, reflejan que "Castilla y León y España ahora mismo son la locomotora" del continente.

El crecimiento económico permitió la creación de 30.913 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, un 3,2 por ciento más, frente al 2,6 registrado doce meses antes, que aumentó en todos los sectores, excepto en la construcción, con mejor comportamiento en industria y servicios, mientras que en el sector primario se produjo una desaceleración.

Según los datos de Contabilidad Regional presentados por la consejera, todos los sectores productivos avanzaron de forma significativa, aunque fueron la agricultura y la industria los que tuvieron un mejor comportamiento. En concreto, el sector primario creció un 5,8 por ciento, superior a la del anterior, y se observó un mayor aumento de la producción agraria y un menor crecimiento de la ganadera; mientras que el industrial elevó su producción un 4,3 por ciento, más elevada que la de 2015 (2,9 por ciento), donde las ramas manufactureras se aceleraron hasta alcanzar el 5,2 por ciento, mientras las energéticas registraron un descenso del 1,9, por debajo del pasado año. Las ramas que más contribuyeron a este mayor crecimiento de la industria manufacturera en 2016 fueron las alimentarias y la de material de transporte.

En cuanto a los servicios, registraron una subida del 2,9 por ciento, igual que en 2015, como resultado del mejor comportamiento de los servicios de mercado, que pasaron del 3,1 al 3,5 por ciento en 2016, y de una desaceleración de los servicios no de mercado (1 y 2,4 por ciento, respectivamente). Por su parte, la construcción, avanzó a un ritmo más moderado del 1,7 por ciento, variación inferior a la de 2015 (3,1 por ciento). La edificación residencial cayó en menor medida, mientras que la no residencial se desaceleró y la obra civil descendió en contraste con el aumento del ejercicio precedente.

Desde el punto de vista de la demanda, la mejor evolución del PIB en 2016 se explica por una mayor contribución positiva de la demanda interna (3,3 puntos porcentuales, frente a 2,4 en el año anterior).

El sector exterior, sin embargo, aportó 0,1 puntos porcentuales negativos (0,6 puntos en 2015), un dato que contrasta con los datos récord de exportaciones el pasado año. Así, las exportaciones totales se desaceleraron en mayor medida que las importaciones totales durante el ejercicio, mostrando variaciones del 2,3 y 2,4 por ciento, respectivamente.

El gasto en consumo final creció el 3,4 por ciento (2,6 por ciento en 2015). En concreto, el de los hogares subió el 3,6 por ciento, dos décimas más que el año anterior), y el de las administraciones públicas pasó del neutro al 2,7 por ciento en 2016.

En cuanto a la formación bruta de capital (inversión) se elevó el 2,5 por ciento durante el ejercicio pasado, algo menos que en 2015 (2,9). La formación bruta de capital fijo aumentó el 2,5 por ciento en 2016, una décima menos. Por su parte, la inversión en bienes de equipo creció el 4,6 por ciento, la mitad que un año antes, y la de construcción registró también un incremento inferior al del año precedente (1,2 por ciento, frente al 2,3). Por su parte, la variación de existencias mantuvo un efecto neutro sobre el crecimiento del PIB, al igual que en 2015.

Previsiones para 2017

De cara a 2017, la consejera ha reconocido la dificultad de hacer previsiones por las numerosas variables existentes. Entre ellas, el Brexit y las políticas proteccionistas de  Donald Trump, pero también las exportaciones, los tipos de interés, los precios del petróleo o el de las materias primas. Unas incertidumbre que "son las habituales" ha dicho Del Olmo, aunque ha recordado que las expectativas de los empresarios "no son malas".

No obstante, Del Olmo considera que no existen indicios para que 2017 "sea peor" y aseguró, de forma optimista, que ni el Brexit y ni el reflejo de Trump han afectado en negativo a la Comunidad.

Tanto el Brexit, que Del Olmo ha augurado que será "blando" como Trump, que no pondrá problemas a los productos europeos, son dos riesgos que existen "pero esperemos que la UE los maneje bien", ha insistido.

Por ello, se mantendrá la previsión de un crecimiento del PIB del 2,5 por ciento.
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