Cuando en 2005 Roberto García fundó Castilla Termal para transformar un convento del siglo XII en la localidad vallisoletana de Olmedo en un hotel balneario de cuatro estrellas difícilmente imaginaba que diez años después iba a liderar el sector del turismo termal de alta gama. En apenas una década, su compañía ha incorporado dos nuevos establecimientos de cuatro estrellas en El Burgos de Osma y Solares- y en junio está prevista la apertura del que será el buque insignia de la compañía: un hotel de cinco estrellas en el Monasterio de Valbuena, del siglo XII, en plena Ribera del Duero.
Aunque ahora está centrada en su próxima inauguración, Castilla Termal mira ya a nuevos proyectos para seguir creciendo y consolidar su liderazgo en el sector. "En breve daremos noticias porque nuestro objetivo es crecer y estamos viendo varias alternativas para hacernos con otros balnearios que ya están operativos o que se puedan poner en marcha", asegura Roberto García, director general de la empresa.
Cómoda situación financiera
La compañía se encuentra en una "situación muy cómoda" desde el punto de vista financiero para aprovechar las oportunidades de un mercado en el que se viven "situaciones muy críticas" por las grandes inversiones que se realizaron desde el sector de la construcción y que derivaron en negocios con mucho apalancamiento.
"Estamos viendo nuevas posibilidades. Para nosotros lo más importante en 2015 es el proyecto de Valbuena. Nuestra apuesta no es por la cantidad sino por la calidad y nos gusta hacerlo bien. No queremos un crecimiento alocado sino lógico y ordenado, pero queremos crecer".
La expansión no se circunscribe al mercado nacional sino que puede incluirse también el internacional. "Hemos hablado con otras compañías tanto en Europa como en Sudamérica y no descartamos poder llegar a otros países. Nos parecen muy interesantes algunos países en el entorno americano, como Chile, Perú o Costa Rica. Los tenemos en cartera". Junto a la fórmula tradicional de rehabilitar edificios históricos catalogados para convertirlos en hotel balneario -la inversión ha alcanzado hasta el momento los 40 millones de euros-, CastillaTermal ha incorporado en Cantabria la fórmula de la gestión de establecimientos ya en marcha, como es el caso del de Solares "donde hemos conseguido que una sociedad que estaba en situación crítica ahora esté dando beneficios importantes".
Desde la inauguración del hotel balneario Villa de Olmedo, la empresa ha experimentado un crecimiento imparable. Así, en ventas ha pasado de los 2,9 millones de hace diez años a los 12 millones con los que cerró 2014, año en el que experimentó un incremento de la facturación de un 17 por ciento respecto a los 10,3 millones del ejercicio anterior.
El resultado bruto de explotación ha pasado de los 240.000 euros del primer año hasta los 2,38 millones de 2014, ejercicio éste último en el que creció un 19 por ciento.
Las previsiones son que en 2016, ya con el monasterio de Santa María de Valbuena plenamente operativo el ebitda alcanza los 4 millones de euros.