
La Escuela Internacional de Cocina Fernando Pérez, uno de los proyectos estrella de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, se ha convertido en una losa para las cuentas de la institución, que no puede devolver el importe de las obras que costeó la Junta de Castilla y León a través de la empresa pública ADE. Las dos partes están buscando ahora fórmulas para hacer frente a los pagos, que no se satisfacen desde hace más de un año.
En junio de 2010 se ponía la primera piedra de una escuela que pretendía ser un referente en España en la formación de profesionales relacionadas con el mundo de la gastronomía y la restauración. El centro, que se construyó sobre unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento de Valladolid, contaba con un presupuesto de 5 millones de euros, entre obra civil y equipamiento, que costeó la Junta de Castilla y León a través de la empresa Ade Parques Empresariales y que la Cámara tenía que ir devolviendo mensualmente durante un plazo de 15 años.
A día de hoy, sin embargo, quedan pendientes de devolución 4,6 millones de euros ya que desde abril del pasado año la Cámara no ha podido satisfacer las cuotas pactadas.
El actual director general de la Cámara, Roberto García, achaca los impagos a la difícil situación económica que vive la institución desde la supresión de la cuota cameral por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. "El Plan que se fijó entonces era muy conservador, no era en absoluto una locura y era perfectamente viable, pero se hizo en otro entorno. La Escuela ha funcionado bien desde un principio y enseguida se puso con un resultado de explotación positivo, pero no es suficiente para hacer frente a las obligaciones de la Cámara y amortizar la deuda", asegura.
La Cámara negocia ahora con la Consejería de Economía fórmulas para poder hacer frente a la situación. Algún miembro de la institución ha asegurado que una de las opciones que se baraja es fijar un periodo de carencia aunque también explican que la Junta ha planteado la que la entidad cameral asuma la carga a través de un crédito bancario, una opción que sin embargo entrañaría graves riesgos ya que supondría que "en caso de impagos, ejecutarían y nos embargarían".
Preguntado sobre estas posibilidades, Roberto García asegura que "nosotros queremos un acuerdo que no sólo sea viable a a corto plazo aunque estamos abiertos a hablar de todo" aunque apuesta por "poner en valor los servicios que prestamos, con unas magníficas instalaciones y un prestigio a nivel internacional".
En este aspecto, el director general de la Cámara subraya que "nosotros hemos traido a 11.000 extranjeros, damos una proyección internacional a Valladolid y a toda la región y hacemos una labor social importante porque esto no está pensado para grandes chefs sino que podemos ayudar a formar a colectivos de baja cualificación como camareros, ayudantes de cocina, etc".
Ahí es precisamente donde la institución quiere poner el foco y aprovechar la capacidad formativas que tiene el centro para nutrirse de los fondos del plan que en junio va a poner en marcha la UE sobre empleo y "amortizar de esta manera la deuda en su totalidad".