
El nuevo presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, CarlosVillar, ha tenido ya sus primeros traspiés tras llegar al cargo.
Una de sus primeras medidas ha sido la de querer reducir el Comité Ejecutivo, compuesto por 15 personas, supuestamente para dotarlo de mayor agilidad. La medida, que pudiera tener sentido, se ha hecho sin embargo sin tener en cuenta ni las formas ni los tiempos y ha levantado ampollas en la institución cameral.
Villar, lejos de explicar ante el órgano ejecutivo sus planes y las motivaciones que le llevaban a implantarla, llamó por teléfono a cuatro de ellos para pedirles que dejaran el cargo. Dos aceptaron su petición, pero otros dos se han negado en rotundo a cumplir sus exigencias alegando que fue el Pleno el que los eligió y que deberá ser este órgano el que les destituya.
Entre los primeros están Rafael Monedero, que ocupa el puesto en representación de los comerciantes, y Alejandro Llorente, por el sector industrial. Los díscolos fueron Antonio Rodríguez, a la vez vicepresidente, y Ana Esquivel Valdivielso.
Pero más allá del éxito de la intentona, entre varios de los integrantes no se oculta el malestar por lo que consideran una clara "falta de tacto" del presidente recién aterrizado.
Por una parte por el hecho de que no había necesidad de hacer cambios a pocos meses de las nuevas elecciones -que pueden celebrase a principios del próximo año una vez aprobada la nueva Ley de Cámaras- y, por otra, porque Villar recibió el respaldo de este Comité Ejecutivo cuando fue propuesto como sucesor por el anterior titular, José Rolando Álvarez, pese a que muchos de ellos apenas le conocían.
Tampoco es que Villar haya hecho mucho desde su elección para tender puentes con los miembros del comité, con los que tampoco ha contactado durante estos cuatro meses. Con estos mimbres, los planes de Carlos Villar para continuar en el cargo después de los próximos comicios pueden truncarse si antes no se gana la plaza.
RAFAEL DANIEL
Delegado de elEconomista en Castillay León