
El proceso de elaboración de las prendas Antonaga distingue 4 fases. La primera es el marcado en la que, una vez recibido el pedido, crean fichas personalizadas para cada cliente que se utilizarán para confeccionar el patrón. Una vez impreso, se realizarán las rectificaciones pertinentes para conseguir un mejor acabado.
Una vez realizado el marcado, que sirve como guía, se procede el cortado de las diferentes piezas.
Posteriormente se realiza el ensamblado, en el que un maestro sastre une las piezas de forma manual, uniendo el cuello, los hombros, las solapas, los bolsillos, etc. Una de las claves para que el traje consiga las formas deseadas radica en la correcta elección en el reparto artesanal de "flojos" a la hora de coser las piezas, que constituye una seña de identidad de Antonaga.
Una vez unidas las piezas, resulta fundamental un buen planchado para conseguir el acabado deseado, con forma y movimiento, característico de la marca.
Un total de 9.725 puntadas de hilo, 4'5 metros cuadrados de los mejores paños, y 127 procesos realizados a mano o con equipos especializados, transforman un tejido seleccionado en un traje Antonaga.
Antonaga intenta combinar en sus prendas la elegancia y confort en unos trajes "con forma y cargados de movimiento", capaces de responder a la frenética actividad de las nuevas generaciones de ejecutivos, con agendas cargadas de viajes de trabajo, reuniones y eventos. Son prendas cómodas que se adapten a l cuerpo resaltando la elegancia propia de un traje a medida.
Una elaboración al estilo tradicional, con especial gusto por los detalles, para conseguir un acabado impecable con estilo propio.