
Lingotes Especiales vuelve a sufrir los rigores de la crisis. Si la caída del beneficio en 2008 y 2009 privó a los miembros del Consejo de Administración de su remuneración, este año serán los accionistas los que deberán renunciará al dividendo del pasado ejercicio al haber caído las ganancias de manera significativa en 2012, que pasarán a reservas integramente.
La Junta General de Accionistas aprobó la pasada semana la propuesta del Consejo de Administración de no distribuir dividendos después de que la empresa de fabricación de piezas metálicas para la automoción cerrase el ejercicio de 2012 con un beneficio neto de 257.757 euros frente a los 3,6 millones del ejercicio precedente. Los dividendos pagados por la sociedad con cargo a los beneficios de 2011 fueron de 2.429.888 euros (0,2532 euros por acción) mientras que los de 2010 fueron retribuidos en especie a través de acciones de la compañía.
El consejero delegado de la compañía, Félix Cano, reconoció que 2012 ha sido, junto a 2009, el año más duro de la crisis para la compañía vallisoletana, que tendrá que renunciar su política habitual de retribuir al accionista
Los 257.000 euros de beneficio irán a reservas para reforzar la estructura financiera de la compañía e impulsar un proyecto empresarial "por el que claramente seguimos apostando", señaló el CEO.
Los que si cobrarán su retribución son los 11 integrantes del Consejo de Administración, aunque apenas se repartirán 20.000 euros frente a los 276.000 del ejercicio correspondiente a 2011 o los 312.000 de 2010. En ese último año se volvía a recompensar al consejo tras dos ejercicios sin bonus. En un caso porque no se cumplieron los estatutos, que establecen que sólo se pueden dar retribución una vez que se haya destinado un mínimo del 9 por ciento de las ganancias a dividendos.
Un año antes, fue el propio presidente, Vicente Garrido Capa, quien propuso la renuncia, pese a que los consejeros sí tenían derecho, "como ejemplo de responsabilidad social y anticipo de los sacrificios que todos los estamentos debemos soportar para mitigar los efectos de la crisis".
La compañía explica en su memoria anual que en 2009 tuvo que rebajar su producción debido a la "brutal caída" del mercado del automóvil. Los dos años siguiente fue incrementado su producción aunque durante 2012 la recesión volvió al conjunto de la UE, con una reducción del 25 por ciento en la fabricación de vehículo, que pasó de 16 a 12 millones de automóviles. Ello ha obligado a incrementar la labor comercial y mejorar la productividad, además de ajustar la producción a la demanda en el último trimestre mediante la aplicación de un ERE suspensivo.
Pese a esta situación, la compañía insiste en la viabilidad del negocio, entre otras cosas porque exporta un 70 por ciento de su producción. En este sentido, confía en que las incertidumbres se irán disipando a lo largo de 2013 con un incremento paulatino del mercado en todo el mundo.
El número de empleados a finales de 2012 era de 477 frente a los 405 que tenía la compañía vallisoletana un año antes.