
En el hall de la sede de Corporación Llorente cinco relojes con la hora de Colombia, Chile, España, Rumania y Qatar marcan el "nuevo tiempo" que vive la compañía vallisoletana. En los dos últimos años su apuesta internacional ha sido total y el holding empresarial con actividad en construcción de infraestructuras, concesiones y energía suma ya cinco delegaciones permanentes en el exterior.
El pasado año, el holding abrió delegación en Rumania y Colombia mientras que un año antes se instalaron en Qatar, completando así su presencia ya antigua en Portugal y Chile y enfocando la internacionalización en Europa, América-Pacífico y Golfo Pérsico, mercados "con diferentes economías y ritmos de crecimiento".
"La diversificación geográfica era la asignatura pendiente", apunta el presidente de la corporación, Patricio Llorente, todo un experto en explicar los cambios horarios con una pequeña bola del mundo instalada en su despacho. "Antes contábamos los kilómetros de coche que hacíamos al año, ahora son millas aéreas", asegura.
A partir de la constructora Collosa, buque insignia del grupo especializada en obra civil, Corporación Llorente ha ido ampliando sus líneas de negocio promoviendo, construyendo y gestionando parking, plataformas logísticas, residencias de ancianos, centros de ocio y deporte y parques de energías renovables.
Sin embargo, la caída del mercado interior ha acelerado una internacionalización que el próximo año ya tendrá su reflejo en la cuenta de resultados, en la que una cuarta parte de la facturación provendrá de los mercados exteriores. El objetivo es volver a 2015 a tener la facturación anterior a la crisis, unos 150 millones, y que un 40-50 por ciento provenga del exterior.
"Llevábamos tiempo acariciando el salto internacional pero hemos sido prudentes porque no todos los países ni todas las formas de estar nos sirven. Pero vamos para quedarnos", afirma Llorente. El grupo empresarial incorporará el know-how adquirido en el exterior a un modelo de negocio basado en la generación de valor y que durante sus 65 años de historia ha supuesto desde tomar la iniciativa en desarrollar negocios hacer la ingeniería y la construcción, ocuparse del mantenimiento y estar implicados en la gestión. "Tenemos la suerte de tener un catálogo con muchos productos, estamos muy diversificados en infraestructuras viarias, ferroviarias, de agua, de energía, en servicios como residencias de ancianos o centros de salud y deporte".
La estrategia será a través de las alianzas, algo que está en la genética del grupo. "Somos la única empresa que a la vez hemos tenido de socios a las cinco compañías eléctricas, o con las grandes constructoras, o con las Cajas. Hemos sido capaces sin tener ningún conflicto de intereses. Eso es lo que nos define cuando hablamos de valores".
Corporación Llorente nació en 1944 de la mano de Patricio Llorente de Blas. En 1973 se incorporaron sus hijos Alejandro, Miguel Ángel y Patricio, que han ido relevándose en la presidencia de la compañía en un modélico proceso de relevo familiar. Ahora, la tercera generación se prepara para ir tomando las riendas del holding en un futuro próximo y tres nietos del fundador se han incorporado como oyentes al consejo de administración, en el que están también como consejeros externos independientes Ángel Corcóstegui y José María Alonso.