
Los aires liberalizadores que pretende el Gobierno con la nueva regulación de los horarios y días de apertura de los comercios no parecen soplar con fuerza en la Comunidad de Castilla y León. Sólo cuatro municipios -Valladolid, Ávila, Arévalo y Golmayo-, han solicitado a la Junta de Castilla y León la libertadcomercial total que permite su declaración como zonas de gran afluencia turística.
En la última regulación del Gobierno se amplió de ocho a diez el número mínimo de festivos que las comunidades autónomas deben permitir abrir al comercio. De la misma forma, el tiempo se incrementó de 72 a 90 horas semanales. La norma afectaba a los establecimientos de más de 300 metros de superficie comercial, ya que las de menos de esa superficie ya pueden abrir libremente, salvo en el caso de que pertenezcan a cadenas de distribución, que también están afectadas por la prohibición.
El Real Decreto del Gobierno establecía sin embargo excepciones a la norma general, de manera que podrían solicitar la libertad comercial total los municipios con zonas de gran afluencia turística. Éstas se definen como aquellas en las que hay una gran concentración de visitantes, las que tienen la condición de Patrimonio de la Humanidad o que tengan localizado un bien de interés cultural.
Más de 1.890 monumentos
Estos dos últimos supuestos son a los que pueden acogerse tres capitales -Ávila, Segovia y Salamanca-, declaradas ciudades Patrimonio de la Humanidad, y un importante número de municipios de la Comunidad, que cuenta con nada más y nada menos que con 1.894 monumentos considerados BIC.
La capital vallisoletana ha sido una de las cuatro ciudades que ha solicitado a la Junta la declaración de su casco histórico como zona de gran afluencia turística, aunque esta petición, según algunas fuentes, estaría relacionada con el proyecto del Ayuntamiento para convertir el actual Mercado del Val en una zona de ocio similar al Mercado San Miguel de Madrid.
En este sentido, las fuentes consultadas por elEconomista han señalado que el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, impulsor de la liberalización comercial en nuestro país y artífice de la nueva regulación, habría vinculado una ayuda de dos millones de euros para la rehabilitación del edificio a la presentación de la solicitud.
La petición del Ayuntamiento de Valladolid, a la que se ha sumado la Cámara de Comercio e Industria, ha provocado la oposición frontal de los comerciantes de la capital del Pisuerga. Según una encuesta reciente, el 96 por ciento se opone a la liberalización.
La otra capital, Ávila, ha sido la única que durante los últimos años ha pedido a la Junta de Castilla y León una mayor liberalización, fundamentalmente a través de la Cámara de Comercio e Industria, dado el fuerte turismo de fin de semana que recibe por su cercanía a la capital de España. Esta solicitud ha ganado en intensidad después de que la Comunidad de Madrid aprobase hace unos meses la liberalización comercial, lo que a juicio de la institución cameral, amenazaba con provocar un trasvase de clientes de la provincia abulense hacia el territorio vecino si no se contratacaba.
El caso de la localidad abulense de Arévalo hay que enmarcarlo en la próxima celebración de una nueva edición de "Las Edades del Hombre", proyecto turístico cultural que ha tenido un fuerte tirón de visitantes en aquellas ciudades de la región en las que se ha celebrado. La exposición, titulada Credo, se inaugurará el próximo 21 de mayo, aunque este ayuntamiento ha reducido la solicitud al tiempo de apertura de la exposición, que se clausurará en el mes de noviembre.
Más peculiar puede parecer la solicitud trasladada a la Junta de Castilla y León por parte de la pequeña localidad soriana de Golmayo, y que vinculada a la existencia del centro comercial Las Camaretas, muy próximo a la capital soriana.