
El dueño de Ryanair ni siquiera ha perdido el tiempo en hacer las maletas para hacer "mutis por el foro". La compañía de bajo coste ha suprimido los dos vuelos internacionales que operaba desde Valladolid, con destino a Bruselas y Londres, y que eran las dos únicas conexiones con el exterior que sobrevivían en la Comunidad. La razón no hace falta buscarla muy lejos: se han terminado las subvenciones de la Junta -enmascaradas en un contrato de promoción turística de la región-, que cada año se embolsaba la línea que dirige el polémico Declan Ryan.
En esta España pendular que vivimos, en la que pasamos de cero a cien o viceversa sin solución de continuidad, no nos puede extrañar lo que está sucendiendo. Que de la orgía aeroportuaria vamos a pasar a la abstinencia más absoluta. ¡Vamos de mal en peor!
Parece que los problemas que nos han aquejado durante los últimos años no van a servir para nada y seguimos donde estábamos. Si hemos inundado la Comunidad de aeródromos sin sentido por evitar el conflicto político que suponía elaborar un modelo aeroportuario racional que diese preferencia a un sólo aeropuerto, ahora dejamos a todo el mundo en tierra por la misma razón.
Porque no hay más explicación que el temor al desgaste político que irremediablemente supone poner sentido común en el tráfico aéreo regional para que la Junta haya convertido ahora a la Comunidad en una isla. A ver quien es el valiente que subvenciona el aeropuerto de Valladolid y no hace lo mismo con el de León, Burgos o Salamanca...
Si antes nos pasamos por exceso, ahora nos quedamos cortos por defecto. Nuestros poderes públicos regionales se limitan a gestionar con pulcritud pero sin más orden y concierto que el del "café para todos". O para ninguno. La Junta va a tener que mojarse de una vez y decantarse por priorizar uno de los cuatro aeropuertos existentes. Bueno, por uno no, por el de Valladolid, el único que tiene sentido conectar internacionalmente. Salvo que queramos estrellarnos otra vez.
RAFAEL DANIEL
DELEGADO DE EL ECONOMISTA EN CASTILLA Y LEÓN