Castilla y León

Una nueva era en las relaciones laborales

Cuando en 2009 Renault España logró firmar el Acuerdo de Competitividad se abrió la puerta a un cambio impensable hasta entonces en el modelo de relaciones laborales en nuestro país. La filial española logró que los sindicatos aceptasen la congelación salarial a cambio de dar estabilidad a sus plantas de Valladolid, Palencia y Sevilla.

Frente a los augurios de quienes sostienen que las multinacionales sólo vienen a nuestro país para recibir las subvenciones públicas e irse, la compañía demostró lo contrario y cumplió con su compromiso: adjudicó nueva carga de trabajo. Eso permitió una estabilidad en el empleo que ya hubiesen querido para sí muchos otros trabajadores que, lamentablemente, han pasado a engrosar las listas del paro.

En aquella ocasión, tras Renault fueron muchas las compañías que pudieron ajustar, con la generosidad de los trabajadores, sus costes salariales y sobrevivir durante unos años más.

Pero la situación, lejos de mejorar, se ha deteriorado, y la caída de ventas en el sector automovilístico se ha extendido a los mercados exteriores, principal destino de la producción de nuestras factorías.

Ahora, el presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos, ha vuelto a plantear un nueva propuesta para mejorar la competitividad de las platas como garantía de futuro.

El directivo, que sabe el valor que tiene el sacrificio y el esfuerzo -simultaneó su trabajo de aprendiz en Renault con los estudios de ingeniería- lejos de plantear un chantaje se limita a constatar una realidad. Los competidores no están fuera, sino dentro de la misma compañía. Hay otros plantas del grupo que son más competitivas que las españolas. Y la lógica empresarial las convierte en favoritas a la hora de recibir carga de trabajo.

Para superarlas habrá que hacer renuncias. Sin duda que los trabajadores volverán a demostrar la dosis de responsabilidad de entonces. Y seguro que otras muchas empresas podrán hacer lo mismo. Si finalmente ocurre, habremos enfilado por fin el camino de la recuperación.

RAFAEL DANIEL

Delegado de elEconomista en Castilla y León

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