
Las críticas generalizadas a la obras faraónicas que se han realizado en nuestro país en los años de bonanza por comunidades autónomas y ayuntamientos no parecen haber sido suficientes para que el Gobierno deje de premiar a un infraestructura ideada por Zapatero para su provincia de origen: León.
El Museo Nacional de la Energía nació en el año 2008 con la aspiración de ser el mayor espacio de divulgación científica sobre la energía de toda Europa. Su presupuesto total asciende a 108 millones de euros.
El Museo, emplazado en la comarca del Bierzo, de gran tradición minera, está promovido por la Fundación Ciuden, dependiente del Ministerio de Industria, y consta de tres instalaciones. La primera, denominada Ene Térmica, abrió sus puertas en julio de 2011 tras una inversión de 15 millones de euros para rehabilitar una antigua central de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP).
La segunda es el denominado Ene Central, y supone también la conversión de la antigua central térmica de Compostilla en un museo. En los presupuestos de este año el Gobierno destinó más de 14 millones para su construcción. La última fase, todavía en proyecto y denominada Ene Bosque, consiste en la creación de un gran invernadero en el que se recreará la vegetación existentes en la zona hace 300 millones de años y que dio origen a la formación del carbón.
Los presupuestos presentados hace unos días por el Ejecutivo destinarán la friolera de 23 millones de euros a la segunda de las tres sedes de las que consta este proyecto.
En concreto, de los 41 millones que los PGE ha reservado para la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden) en 2013, más de 21 millones -la mitad del montante total- corresponderán a la construcción de la sede central del Museo Nacional de la Energía; casi 1,5 millones al urbanismo del entorno y más de 506.000 euros a diversas secciones del citado museo.
Los Presupuestos de ese año destinaron 15 millones de euros a esta infraestructura, aunque no se han llegado a desembolsar. Y es que las obras del museo, que comenzaron en junio del pasado año, llevan paralizadas desde hace meses después de que las empresas adjudicatarias reclamasen más dinero por las dificultades que presentaban las obras.
El Museo de la Energía se adjudicó por 33,4 millones de euros a la unión temporal de empresas formada por Dragados y FCC, que hicieron una rebaja de 4,4 millones sobre el presupuesto de licitación. Esta diferencia es la que ahora reclaman las dos compañías para continuar con los trabajos, que tenía que estar ejecutados en un 66 por ciento y de los que apenas se ha culminado un 10 por ciento.
La adjudicataria alega que el viejo edificio precisa de importantes reformas estructurales, lo que encarece la obra sustancialmente.
Pese a las llamadas a la austeridad, el Gobierno no parece haberse planteado posponer el proyecto hasta tiempos mejores.