
Unicaja rechaza las prisas del Banco de España para cerrar su fusión con España-Duero y advierte que sólo seguirá con la operación si se consigue un "entidad plenamente solvente"
Las nuevas exigencias que la nueva normativa ha impuesto a las entidades de crédito suponen para la andaluza asumir unas provisiones extra de más de 1.000 millones de euros por la exposición al ladrillo de la caja castellana.
Pese a las advertencias que el supervisor está lanzando a Unicaja para que culmine ya una fusión en la que han variado sustancialmente las condiciones iniciales, Medel aguanta el tipo
Desde la caja andaluza se reconoció ayer a elEconomista que quiere modificar el proyecto incial. "Se sigue trabajando en el proyecto de integración con Caja España-Duero para su adaptación a la nueva situación de la realidad económica y financiera", indicaron fuentes de la entidad a las nuevas exigencias impuestas por el plan De Guindos.
No obstante, la caja que preside Braulio Medel advierte que esos trabajos se harán "en los tiempos que se consideren necesarios", a la vez que señala que la entidad comparte plenamente el objetivo reiterado de las autoridades económicas de avanzar en el proceso de consolidación del sistema financiero, pero "sobre la garantía de conformar entidades plenamente solventes".
El Banco de España ha dado de plazo hasta el 31 de marzo para que las entidades expliquen cómo van a alcanzar las nuevas exigencias de solvencia. En el caso de las fusionadas podrán hacer el saneamiento en en dos años y contra patrimonio en vez de contra resultados.
Unicaja no tiene problemas para asumir los 691 millones que necesita para cumplir las nuevas exigencias, aunque no quiere indigestarse con los 1.140 millones que precisa la entidad castellana.
Por ello, ha solicitado al Banco de España una esquema de protección de activos (EPA) por algo más de 1.000 millones que la asegure frente al afloramiento de nuevos activos tóxicos de la caja que preside Evaristo del Canto, opción que el supervisor no ve viable, porque sólo se puede aplicar a cajas ya nacionalizadas. Otra opción es recurrir a ayudas del Frob, pero Medel no parece dispuesto a asumir el coste económico que eso podría suponer.
Fuentes financieras han señalado a elEconomista que el Banco de España ha emplazado a la caja malagueña a que proponga otras fórmulas que cubran el agujero de España-Duero para poder cerrar la fusión. Tanto en el supervisor como en el Gobierno crece la preocupación po el órdago de Medel, ya que de retirarse de la operación obligaría a una intervención de la entidad castellana, justo en un momento en el que el ministro de Economía, Luis de Guindos, quiere reforzar la imagen de solvencia del sistema español ante los mercados.
Durante las últimas horas se han reavivado los avisos del Gobierno a Medel, al que soterradamente amenazan con impedirle entrar en futuras fusiones, a las que tendría que acudir para no quedarse entre las cajas más pequeñas. Incluso, se han activado los mensajes de que estarían dispuestos a descabalgarle de la presidencia de la caja ante el nuevo reparto de poder que se configurará si el PP gana las próximas elecciones andaluzas. Pese a todo, Medel no parece dispuesto a dar una paso en falso con la fusión.