
Se agrava la crisis en el Consejo Regulador de Ribera de Duero. Los bodegueros mantienen su boicot al presidente, José Trillo, y no cubrirán las vacantes dejadas por los cinco vocales que dimitieron. El resultado es que el Consejo no podrá aprobar su presupuesto.
El Consejo quedará así con siete miembros, número insuficiente para aprobar las cuentas, que requieren de una mayoría cualificada de ocho votos. Los bodegueros plantean el adelanto de las elecciones, aunque la guerra se jugará ahora en los despachos ya que piden que se amplíe su representación por el importante peso económico que tienen en la denominación.
Debe ser la Junta de Castilla y León, la que modifique el actual sistema de reparto, que se distribuye de manera paritaria entre cultivadores y productores. El problema es que la Unión Regional de Cooperativas Agrarias tiene mayoría porque tiene representantes tanto de uno como de otro sector.
Asebor, asociación que representa a los bodegueros, pide esta modificación para que las bodegas no estén en minoría, sobre todo teniendo en cuenta que su aportación de actividad y peso económico a la denominación y al Consejo es de entre el 80 y el 90 por ciento.
El detonante de la situación ha sido la elaboración del presupuesto de este año, ya que según los bodegueros preveía unos gastos superiores a los ingresos, lo que obligaba a utilizar los remanentes de este órgano.