Los tribunales han anulado la sanción de tres días de empleo y sueldo impuesto por la propietaria de Gullón a dos de los hijos que intentaron arrebatarle el control de la compañía.
La sanción de tres días de suspensión de empleo y sueldo que la propietaria de Galletas Gullón, María Teresa Rodríguez, impuso a sus hijos Félix y Rubén Gullón, dos de sus hijos díscolos, no fueron legales. Así lo han dictaminado en sendas sentencias los tribunales, que deben ahora decidir sobre la multa impuesta a otro de los vástagos.
La compañía sancionó a Rubén y Félix Gullón con tres días de suspensión de empleo y sueldo y al tercer hermano, Hernán Gullón, con 14 días por una "falta grave".La sanción se impuso a petición del sindicato CCOO que acusaba a los tres hermanos de insultar a una trabajadora, miembro del comité de empresa.
Según se recoge en las sentencias, la trabajadora que denunció los hechos se retractó en la vista oral de sus acusaciones contra Félix y Rubén Gullón. Éstos siempre negaron los hechos y denunciaron que la sanción les fue impuesta sin ni siquiera haber sido oídos. La imposición de esta sanción abría un complicado futuro para los tres hermanos, ya que la acumulación de un sanción grave más hubiese supuesto el despido.
Los tres hermanos Gullón han mantenido durante los últimos meses un cruento enfrentamiento con su madre y el director general de la compañía, Juan Manuel Gabaldón, por el control de la empresa. Finalmente, la madre ha recuperado el poder en la galletera aunque ambas partes mantienen en los tribunales diferentes pleitos, uno de ellos, la destitución de Félix Gullón como director general de la compañía, que un juez en primera instancia ha considerado como despido improcedente con derecho a ser indemnizado.
