
La principal accionista de Gullón, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, no da marcha atrás y rechaza anular la sanción de empleo y sueldo que impuso a sus tres hijos díscolos acusados de insultar a una trabajadora.
La compañía rechazó ayer avenirse a un acuerdo en el acto de conciliación solicitado por los sancionados, a los que le queda ya sólo recurrir a la vía judicial para eludir el castigo.
Como adelantó elEconomista, Gullón sancionó pocos días antes de celebrar su Junta General de Accionistas a tres de los hijos de la principal accionista, que mantienen con su madre una larga guerra por el control de la compañía. A dos de ellos, con tres días de empleo y sueldo y a un tercero con 14 por reincidente. Los tres afectados solicitaron un acto de conciliación al no haber podido facilitar su versión de los hechos frente a las acusaciones de la trabajadora.
Al acto, celebrado ayer en Palencia, sólo acudió la procuradora de la compañía, que dejó claro que no se avenía a ningún tipo de acuerdo. Los tres hijos pretendían buscar una solución dialogada para evitar que la sanción grave se mantenga dando su versión a la dirección de la compañía sobre la inexactitud de de la denuncia, aunque incluso estaban dispuestos a pedir disculpas si su actuación podía haber molestado a la empleada.
El objetivo era acabar con los enfrentamientos en el seno de la empresa y evitar además que se consolidase una sanción que les dejaría en una situación comprometida desde el punto de vista laboral, ya que la acumulación de dos faltas graves es causa de despido. Hay que recordar que el actual número uno de la compañía, Juan Miguel Martínez Gabaldón, fue removido de su puesto y despedido de la compañía a instancias suyas.
Con la negativa a avenirse, los tres hijos sólo tienen la posibilidad de recurrir a los tribunales, una puerta que, según fuentes próximas a los afectados, se ha querido evitar. En este sentido, añaden que los tres hijos sólo pretenden volver a un clima de normalidad dentro de la empresa. Hasta ahora, los enfrentamientos entre la madre y los hijos ha costado a la compañía 10 millones de euros de indemnización al actual director general, mano derecha de la principal accionista. A esta cantidad hay que sumarle otros cinco millones de euros en regularizaciones fiscales.
Por si fuera poco, la compañía tiene que indmnizar ahora con 350.000 euros a Félix Gullón ya que su madre, cuando retomó el control de la empresa y volvió a fichar a Martínez Gabaldón, le destituyó como director general. Félix Gullón podrá recibir además otros 300.000 euros en concepto de variable.