
David Álvarez no quiere cerrar la puerta a los últimos planes que trazó para Eulen. Aunque la compañía ha aparcado ?sine die? su salida a Bolsa, la Junta de Accionistas ha modificado el artículo que impedía que la compañía pueda saltar al parqué.
El fundador de Eulen ideó salida a Bolsa para profesionalizar el Consejo de Administración y evitar que la guerras familiares que se producen desde hace meses amenazasen el futuro de la empresa, aunque en octubre del pasado año ?congeló? la iniciativa por la situación de los mercados y porque la compañía no tiene urgencia en capitalizarse, aunque no descartó llevarla a cabo en un futuro. En esta filosofía, se encuadraría la decisión tomada ayer por el Consejo en el sentido de tener todo preparado por si en el futuro se retoma la idea.
David Álvarez retomó el control de la empresa el pasado 27 de febrero en una junta de accionistas convocada judicialmente al hacer valer su mayoría accionarial del 51 por ciento frente a cinco de sus hijos díscolos. Los planes del veterano empresario en Eulen, que disolvió el Consejo y se convirtió junto a su hija María José en administradores solidarios, pasaban también por crear un órgano de administración con consejeros independientes, aunque este proceso está pendiente de la resolución del conflicto judicial que mantiene con sus vástagos díscolos en El Enebro, propietaria de Vega Sicilia, de donde fue expulsado.
Eulen logró un resultado neto en 2010 de 29 millones de euros, un 21,15% más que en el ejercicio anterior. El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en los 57 millones de euros, un 3,75% más que en 2009, mientras que sus ingresos consolidados fueron de 1.350 millones de euros en 2010, un 4,25% más que en el ejercicio anterior.Eulen cerró 2010 con 2.500 nuevos trabajadores en su plantilla, alcanzando así los 82.000 empleados, de los que 51.000 ejercen en España y 31.000 en países como Portugal, Estados Unidos y siete países latinoamericanos.