Castilla y León

"Hagamos que las empresas tengan alma, potenciando la elevación como emoción en nuestros equipos"

  • Artículo de opinión de Isabel López Resina, directora general de Santa Teresa
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Una corriente de compromiso social ha sostenido psicológicamente durante las últimas semanas a buena parte de la sociedad, empezando, como no podía ser de otra forma, por nuestros sanitarios. A nadie se le escapa que todas y cada una de las personas implicadas en el sistema de salud han dado mucho más de lo que exige la contraprestación por un sueldo. Un sentimiento más poderoso que el miedo les sostuvo en pie.

Socialmente nos contagiamos de su emoción y quisimos compensarles con aplausos, asumiendo el confinamiento con paciencia, y hasta pensando que esta disrupción en nuestras vidas, nos haría mejores. Todos los colectivos esenciales han sido un ejemplo de profesionalidad mucho más allá de lo que cabría esperar en circunstancias normales. También el sector agroalimentario, del que Santa Teresa forma parte, ha sido un magnífico ejemplo de compromiso. Todos los que trabajamos en este sector vencimos el miedo, impulsados por la convicción de lo importante que era no parar si las medidas de seguridad eran sólidas.

Y ¿cuál es esa emoción que nos ha mantenido activos personalmente y como sociedad venciendo el miedo, ese estado primario históricamente responsable de nuestra supervivencia? La elevación o inspiración moral: una emoción dormida, una emoción universal que ha actuado como un resorte cuando más lo necesitábamos. La necesidad de inmediatez y de resultados cortoplacistas, así como el individualismo, no eran el caldo de cultivo propicio para este sentimiento en una sociedad pre COVID pero, cuando hemos parado, cuando hemos dedicado tiempo a volver los ojos hacia nuestro interior, la elevación ha sido un pilar psicológico fundamental que ojalá seamos capaces de mantener vivo, para que de verdad esta crisis tenga algún efecto positivo.

Las buenas acciones de personas y empresas han generado una corriente de solidaridad que estamos obligados a "capitalizar' en los próximos meses para contribuir a la necesaria reconstrucción de nuestro mundo. Una vez que han pasado las peores semanas, no volvamos a anestesiar la elevación y dejemos que esta emoción forme parte de nuestras vidas para siempre, que nos permita retroalimentarnos de esas buenas sensaciones vividas cada día con los aplausos.

Los empresarios somos responsables de que en nuestras empresas, como parte fundamental del sistema económico y social, se instrumente la solidaridad como elemento fundamental para la reconstrucción de una sociedad rota, polarizada y que tardará mucho tiempo en recuperarse si volvemos a pensar solo en términos cortoplacistas. Hagamos que las empresas tengan alma, potenciando la elevación como emoción en nuestros equipos, para apuntalar la solidaridad como vehículo fundamental en la reconstrucción económica y social de nuestro país.

Santa Teresa acudió el domingo día 15 de marzo al auxilio de la Sanidad de Castilla y León con donaciones inmediatas para los sanitarios. No había medios para trabajar inmediatamente al estado de alarma y rápidamente activamos todos nuestros resortes personales y empresariales de solidaridad. Posteriormente donamos productos a residencias de mayores, sanitarios, policía local, protección civil, UME… para agradecer su entrega y dedicación a la tarea fundamental de protegernos, e incrementamos nuestra colaboración con el Banco de Alimentos así como con diferentes asociaciones y entidades sociales en Ávila y Madrid.

Seguiremos en primera línea aportando ayuda social con alimentos y, convencidos de que esto no tiene que parar, vamos a arrancar un programa para fomentar la elevación en nuestro equipo, facilitando un día libre al año para todos los empleados de la empresa que deseen dedicar esa jornada a un colectivo que preste asistencia social post COVID.

No podemos dejar que la elevación vuelva al fondo de nuestra alma puesto que, manteniéndola presente en nuestro día a día, contribuiremos a dar sentido personal a esta crisis para que la suma de muchas pequeñas buenas acciones den como resultado una sociedad mejor.

Isabel López Resina

Directora general de Santa Teresa
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