Las Palmas de Gran Canaria
La puesta en marcha del turismo en las islas mantiene una agenda técnica para que el destino no presente movimientos improvisadores a partir del verano. El paro biológico del mercado se enfrenta a una desescalada con presiones de operadores europeos y las propias determinaciones de calidad para la salud de los visitantes que marcan las autoridades médicas. El mayor problema que tienen los técnicos en estos momentos para dirigir la reapertura es un cierto exceso de información contradictoria procedente de Europa sobre el estado de salud financiera de aerolíneas y turoperadores alemanes y británicos.
Los patronatos de turismo, la entidad pública regional Promotur y las sociedades insulares se enfrentan a nuevos formatos promocionales y con una reinvención similar a cuando en 1958 Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna trajo a las islas el primer vuelo chárter con visitantes nórdicos. Desde Lanzarote, Tenerife, Fuerteventura y Gran Canaria se presta especial atención a las previsiones de llegada del turismo peninsular. El mercado que menor riesgo representa y ágil para reactivar la industria es el nacional. El mayor riesgo de Canarias es que se retrase la reapertura del norte de Europa porque la temporada alta es a partir de octubre.
En Gran Canaria el mando técnico lo tiene el gerente del Patronato de Turismo de Gran Canaria. Pablo Llinares apenas hace declaraciones aunque sostiene apoyo para que los peninsulares visiten las islas. La prioridad ha sido mantener canales de coordinación con Turespaña y reforzar el papel del personal técnico en origen. "No es momento de promoción pero sí de mantener la vinculación emocional con los turistas", sostuvo el pasado mes de abril. "Estamos en un momento de turismo cero, por primera vez en 50 años, y el sector turístico está realizado un esfuerzo para prepararse para el día de la apertura, cómo va a cambiar las operaciones, y todos ellos se tienen que reinventar, nosotros estamos al servicio del sector", sostenía en abril pasado Llinares por vía telemática.
Desde Lanzarote, Héctor Fernández Manchado dirige con la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote (SPEL) la reapertura del destino. Para esta isla es clave el mercado peninsular. En Tenerife la pandemia llega con los primeros meses de gestión de la empresa pública insular Turismo de Tenerife. El consejero delegado, David Pérez ejecuta la estrategia del consejero de Turismo de Tenerife, José Gregorio Martín Plata. Esta sociedad cuenta con el músculo de la información que aporta el presidente de la patronal hotelera de la provincia (Ashotel), Jorge Marichal, vicepresidente de la sociedad. Pérez tiene experiencia en la gestión directa del destino desde Arona. Ha trabajado durante más de 10 años en el sector de la turoperación y ha dirigido empresas hoteleras, hosteleras y el departamento comercial de una empresa de servicios en destino.
Fuerteventura es otro de los escenarios que en Canarias se está movilizado. La dirección de todo el operativo recae en Moisés Jorge, gerente del Patronato de Turismo de la isla. La isla venía afrontando señales positivas como un aumento del 14,7% del turismo peninsular en 2019 y de un 20,3% del turismo interior de las islas. El aumento del tráfico aéreo anterior a la alarma nacional había aumentado con la Península en un +5,2%. En Fuerteventura TUI negocia 140.000 plazas. Para Jorge, "el verano de 2020 se puede dar casi por perdido, habrá que esperar a ver qué ocurre con la temporada de invierno y, si todo va bien, siendo optimistas, podríamos hablar de recuperación en el verano del próximo año". A juicio del experto turístico majorero, "Habrá que esperar a ver qué ocurre con la temporada de invierno y, si todo va bien, siendo optimistas, podríamos hablar de recuperación en el verano del próximo año", apostilla el gerente de Turismo de Fuerteventura.