
Canarias tiene una experiencia centenaria en exportaciones de productos agrarios. Ahora son tomates, pepinos o pimientos que te puedes encontrar en cualquier ensalada de una cadena de comida rápida de Holanda o Reino Unido; pero antes fue el azúcar o el vino.
Esta tradición de exportaciones estuvo marcada por las autorizaciones dadas por la Corona para poder pagar la propia Conquista del archipiélago. La banca genovesa pagaba la aventura y controlaba exportaciones de productos.
El profesor Francisco Galante Gómez, de la Universidad de La Laguna, recuerda que "son excelentes las pinturas flamencas del siglo XVI que llegaron a Canarias gracias al fructífero comercio". Y es que desde la conclusión de la Conquista "fue entonces cuando los Reyes Católicos concedieron datas a los adelantados y regidores en agradecimiento a los servicios desempeñados".
Por esta razón, en las islas hay un amplio catálogo de arte flamenco elaboradas en el siglo XVI por encargo de mecenas que hicieron fortuna con el negocio de los ingenios azucareros. Este proceso lo ha mantenido protegido y estudiado la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria que preside Tomás Van de Walle. El azúcar fue fuente de riqueza para esta isla, que ya por entonces ocupaba un lugar destacado en las rutas marítimas que unían África y Europa con América.
Galante Gómez recuerda que el tránsito entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI fue "un periodo renovador en el que se estaban articulando profundas transformaciones sociales, económicas y culturales en el viejo continente", un periodo en el que las grandes potencias "emprendieron complejas acciones expansionistas, tanto a través de las vías terrestres como de las rutas marítimas, una etapa de la historia que alteró la concepción del mundo con unas formas de vida reguladas por gobernantes y castas poderosas".
Con el dinero obtenido con se adquirió obras como las esculturas flamencas del siglo XVI de Era de Mota, en el municipio de Valsequillo, piezas del Oratorio de Nuestra Señora de la Salud, que integra imágenes de Santa Lucía, Santa Catalina de Alejandría, Santa Clara de Asís, San Bernardo y Santiago el Mayor
Así, la economía de las islas, y en particular la de Gran Canaria, se organizó alrededor del azúcar, y en poco tiempo proliferó los ingenios y se produjo la llegada de arte europeo de calidad costeado por sus propietarios como ocurrió en Agaete, donde todavía perdura esa muestra en la iglesia del Puerto de las Nieves. En este municipio norteño, cuyo retablo de la Virgen de las Nieves constituye otra de las joyas artísticas de la isla, simboliza a la perfección esa fusión entre la riqueza económica de los ingenios y el arte que proliferó a su alrededor, gracias a los intercambios comerciales de Gran Canaria con Europa y, más concretamente, con los Países Bajos. Las continuas relaciones entre los antiguos Países Bajos y las islas Canarias ocuparon un capítulo importante de la historia del mundo atlántico, un episodio que alcanzó gran fortuna durante todo el siglo XVI, subsistiendo, incluso, décadas después.
Los factores económicos, sociales y culturales explican estas conexiones en el escenario de la Europa mercantilista, en la que los antiguos Países Bajos tejieron una especie de "macrocosmos" territorial, una época de globalización y de apertura al mundo que se extendió por gran parte de Europa hasta las rutas atlánticas, en sus exploraciones hacia América y los archipiélagos de Azores, Madeira y Canarias.
En esta coyuntura, los lazos comerciales entre los antiguos Países Bajos y las islas Canarias determinaron sucesos de enormes consecuencias. Esto explica la recepción en Canarias de numerosas e importantes obras de arte flamencas, un verdadero museo en los confines del Atlántico integrado por piezas de gran calidad plástica provenientes, sobre todo, de los centros artísticos más representativos de la época: Bruselas, Malinas y, especialmente, Amberes. Algunas de estas singulares obras son objeto de análisis en este artículo a través de diversas lecturas o determinando nuevas autorías que tal vez puedan contribuir al estudio de este apasionante acontecimiento de la historia.
Medio siglo después
Este patrimonio artístico es fruto de la herencia cultural de los Países Bajos desde el siglo XV, cuando las relaciones comerciales con islas como La Palma eran muy intensas. El Cabildo de La Palma ha realizado trabajos de rehabilitación y conservación de las obras flamencas existentes en la isla. El delegado del Gobierno de Flandes, Yves Wantens ha mostrado su interés en revitalizar todo lo relacionado con Luis Van de Walle 'El Viejo', nacido en Brujas en 1500 y que después de ejercer los cargos de regidor perpetuo de Cádiz, maestre de campo de la Infantería española y de las Milicias, alcaide de las fortalezas, familiar del Santo Oficio y gobernador de las Armas de la isla de La Palma, falleció en la capital palmera el 24 de febrero de 1587. La Palma está desarrollando una agenda junto con otras islas para que visitantes belgas conozcan el legado cultural derivado el comercio. En La Palma templos como los de San Francisco de Asís, El Salvador, Santo Domingo y la iglesia del Hospital de Dolores acogen importantes piezas fundamentales para comprender la influencia flamenca en Canarias.