
Expertos en convivencia intergeneracional se dan cita hoy en el Palacio de Cibeles de Madrid
"Dar a conocer Homeshare como respuesta a determinados desafíos demográficos, así como otras experiencias solidarias e innovadoras en el mundo". Este es el objetivo de la celebración del Congreso Mundial de Homeshare, que tendrá lugar durante el día de hoy y el de mañana en el centro de la capital española. Está organizado por Homeshare International (HI), y SOLIDARIOS para el Desarrollo.
Beneficios para todos
El evento, quinta edición y primera en España, está dirigido principalmente a organizadores sociales, personas mayores, estudiantes universitarios, voluntarios... en definitiva, a todo aquel que "esté interesado en programas de convivencia intergeneracional y en promover una vida independiente y un envejecimiento activo para las personas mayores que quieran adquirir y compartir conocimientos sobre el ámbito". Más de 20 profesionales en la materia presentarán modelos de éxito en más de diez países.
A través de Homeshare, dos personas pueden compartir un hogar por beneficio mutuo. En este caso, reúne a personas ancianas en sus casas con gente más jóven, muchas veces estudiantes universitarios, para "hacerse compañía en una experiencia de aprendizaje mutuo".
Entre los beneficios está el de "fomentar una vida independiente, pero con vínculos sociales fuertes entre distintas generaciones y culturas y aportar compañía y seguridad a los ancianos a la vez que el estudiante consige una vivienda asequible". Fuentes de la organización afirman que gobiernos locales como el de Madrid o el de Melbourne, en Australia, han comenzado a apostar por un apoyo institucional y económico a estos programas por el ahorro que supone en gasto público dedicado a cuidado de mayores y por los beneficios sociales.
Es España, donde hay más de 10 programas de homesharing, a la cabeza Convive de SOLIDARIOS, el 62 por ciento de los mismos son gestionados por una universidad, el 13 por ciento por gobierno local y casi el 20 por ciento por ambos. Las organizaciones sin ánimo de lucro gestionan más del 50 por ciento del total de convivencias al año.
Cuatro de cada diez estudiantes acogidos son extranjeros, un hecho que "enriquece con un componente interincultural la vivencia". El requisito común es que el anciano tenga cierto grado de autonomía y de salud física para que la otra parte no se convierta en cuidador a tiempo completo.