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El reconocimiento internacional como prueba de la validez de un certificado de inglés

La evaluación lingüística supone el punto y seguido y, cuando se alcanza un alto dominio del idioma, el punto final de un ciclo de aprendizaje cuyo objetivo es que el alumno sea capaz de entender y expresarse en una lengua determinada. El esfuerzo de años de estudio y práctica se ve reflejado en la certificación que da fe de que, efectivamente, el candidato domina las destrezas del idioma. Sin embargo, no todos los certificados tienen el mismo valor ni la misma utilidad. ¿Qué diferencia unos de otros?

A la hora de elegir un certificado de idiomas, lo primero que hay que hacer es cuestionarse a sí mismo sobre los objetivos que se persiguen. ¿Simplemente, dejar constancia de un conocimiento adquirido? o ¿se pretende usar el certificado con propósitos profesionales o académicos? La diferencia es crucial.

Las familias entrevistadas para la realización de un estudio redactado por la doctora Karen Ashton, de Cambridge English Language Assessment, sobre el Programa BEDA, programa de excelencia en la enseñanza del inglés en colegios pertenecientes a FERE-CECA (Federación Española de Religiosos de Enseñanza-Centros Católicos), lo tienen muy claro. Por unanimidad afirmaron que valoran el aprovechamiento de futuro que supone la obtención de un certificado otorgado por una institución de prestigio internacional, como el departamento de evaluación de la Universidad de Cambridge.

La proyección de futuro de la certificación lingüística

Así pues, si se pretende dar al certificado un "aprovechamiento de futuro", es decir, que éste sea verdaderamente útil para conseguir o mejorar en el puesto de trabajo, para acceder a una institución educativa de prestigio o para lograr un visado de estudios o trabajo, es conveniente valorar cinco parámetros.

- Validez: se refiere a la medida en que las notas de los exámenes pueden considerarse un reflejo objetivo y real de la competencia o competencias subyacentes. En el caso de los idiomas: comprensión y expresión escritas, comprensión y expresión orales y capacidad de uso de la lengua.

- Fiabilidad: es la medida en que los resultados de los exámenes son coherentes, precisos y, por consiguiente, fiables. Es decir, quien valora dicho certificado puede tener la certeza de que el mismo asegura, realmente, que el candidato que lo ostenta posee las habilidades que en el mismo se expresan.

- Impacto: es el efecto positivo de un examen sobre los candidatos y otros usuarios, incluida la sociedad en su conjunto. Aquí podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿la evaluación ha mejorado el aprendizaje?, ¿la evaluación ha permitido mejorar las competencias laborales del candidato?, ¿la evaluación le ha posibilitado seguir avanzando en sus estudios?, etc.

- Funcionalidad: en el sentido de asegurar que el examen se realice en las condiciones materiales adecuadas para que todos los candidatos cuenten con las mismas oportunidades.

- Calidad: la excelencia es un proceso que comienza en el mismo momento en que se diseña el examen ?con el equipo de investigación suficiente para asegurar que cada ítem es capaz de valorar con exactitud el conocimiento del candidato-, que continua en el momento mismo del examen y que finaliza durante su corrección con su adecuada revisión y tratamiento.

Llegamos así al objetivo que queremos explicar en este artículo: ¿cuándo se puede considerar que un certificado de idiomas ofrece una calidad suficiente? La respuesta es cuando en éste confluyen las cualidades anteriormente mencionadas: validez, fiabilidad, impacto y funcionalidad.

El reconocimiento por parte de terceros

Evidentemente, es fácil afirmar que un examen es preciso, justo y que cumple con dichas características. Sin embargo, un buen indicador de que esto es así viene de fuera y la dan aquellas organizaciones que aceptan dichos certificados como prueba del nivel de inglés del candidato.

En nuestro caso, los certificados de Cambridge English son ya aceptados por más de 20.000 instituciones de todo el mundo, entre las que se encuentran más de 10.000 universidades, departamentos gubernamentales de inmigración, como Australia y Reino Unido, y empresas pertenecientes a sectores como la distribución comercial, finanzas e industria. El crecimiento del número de organizaciones que los aceptan se ha acelerado durante los últimos cinco años subrayando la reputación de los exámenes de Cambridge English como un exacto indicador del nivel de inglés.

Nicola Johnson, Global Manager Recognition de Cambridge English, comentó que "los exámenes de Cambridge English están ayudando a organismos de todo el mundo a estar seguros de que sus candidatos tienen las habilidades en inglés que necesitan. Esto incluye las universidades que ofrecen plazas en los cursos que imparten en inglés, los trabajadores que necesitan utilizar el inglés en sus tareas o los departamentos gubernamentales de inmigración o empleo".

Pero llegar a este punto no es fácil y requiere muchos años de experiencia y una fuerte inversión en recursos de investigación. Desde nuestra experiencia, como líderes en el sector de la evaluación lingüística, para garantizar tanto la calidad como la equidad de los exámenes, evaluamos el modo en que se realizan de forma minuciosa y los comparamos con las últimas tendencias en materia de evaluación y pedagogía lingüística. Estas dos tareas exigen una investigación exhaustiva que pasa por el minucioso análisis, testeo y revisión de todos y cada uno de los ítems que componen las distintas partes de la prueba. Una muestra de ello es que, antes de ser validada para su inclusión en un examen, una pregunta pasa por un proceso que puede durar hasta dos años.

La calidad se supervisa rigurosamente en todos los aspectos de la evolución de la prueba y nuestro Equipo de Investigación y Validación colabora estrechamente con el Equipo de Evaluación y Operaciones en todo lo relacionado con las mismas: desarrollo, creación, administración, evaluación y tratamiento de los resultados; así como en la revisión y la corrección de los exámenes.

Vocación de globalidad

En un mundo globalizado, si pretendemos que un certificado de idiomas tenga validez internacional no solo nos debemos centrar en los aspectos mencionados relativos a su calidad. Además, debemos asegurarnos que, a lo largo del Planeta, los mismos estén disponibles para un amplio número de candidatos y que éstos, independientemente de su edad, sexo, nacionalidad, lengua materna, cultura u origen étnico, sea evaluados exactamente de la misma manera. En este sentido, los exámenes deben ser diseñados, específicamente, para ser justos e imparciales con todos los candidatos. Los valores, en este caso, son la calidad y la equidad.

"La experiencia de nuestro equipo de investigación, unida a nuestros rigurosos sistemas de validación y calidad, permite a Cambridge English Language Assessment ofrecer servicios de evaluación que tienen como objetivo ofrecer probadas cualidades de validez y fiabilidad y, además, están alineados con los estándares internacionales", comenta el doctor Nick Saville, director de Investigación de Cambridge English Language Assessment.

La alineación con los estándares internacionales es otro requisito fundamental para asegurar la validez internacional de los certificados. En este sentido, el estándar por excelencia es el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, MCER, el mayor conjunto de descriptores de la lengua desarrollado hasta ahora y en cuya elaboración Cambridge English Language Assessment tuvo un papel de relevancia.

Por último, un buen consejo antes de elegir un certificado de idiomas es que el candidato evalúe sus propios objetivos, que averigüe que certificados son admitidos en las empresas de su sector laboral, en las instituciones educativas en las que quisiera integrarse o por los servicios de inmigración de exigen esta documentación para concesión de visados de estudios o trabajo. Lo contrario puede acarrearle serios disgustos si comprueba que el certificado conseguido con tanto esfuerzo no es válido para alcanzar sus objetivos laborales, educativos o personales.

El porqué de la evaluación en el aprendizaje de idiomas

El aprendizaje de idiomas no se entiende, hoy en día, sin un sistema de evaluación que mida los conocimientos adquiridos y, sobre todo, certifique el nivel adquirido en dicho proceso. La evolución en este sentido ha sido clave en los últimos años y está motivada por dos circunstancias principales: los propios avances en materia de pedagogía en la enseñanza de idiomas y los cambios que han tenido lugar en los procesos de admisión en puestos de trabajo y centros de educación superior.

En el entorno del aprendizaje, los beneficios de la evaluación externa están descritos, entre otros, en el estudio sobre el Programa BEDA mencionado anteriormente. En el mismo, se concluye que la evaluación externa del idioma incrementa la motivación de los estudiantes y de los profesores, la innovación educativa y la implicación de las familias.

Dicha investigación, realizada en torno a los exámenes Cambridge English: Young Learners, y se centró en cinco áreas: la motivación en el aprendizaje, las competencias adquiridas, las actitudes, la motivación en el profesorado y la práctica de la enseñanza del inglés. A través de más de 150 entrevistas realizadas a profesores, padres y alumnos, este estudio confirmó que los docentes detectan que los estudiantes mejoran en sus conocimientos y consideran que, tanto ellos como sus alumnos, tienen un mayor grado de motivación. Además, muchos indican que sus métodos de enseñanza han variado y aprecian el apoyo que reciben en este sentido. Los padres, por su parte, también detectan mayores progresos en el aprendizaje de sus hijos.

Este aspecto es fundamental y nos lleva al siguiente punto, el referido al uso de la evaluación lingüística en un entorno laboral, especialmente en tareas de selección y promoción de personal. El cambio en las metodologías de reclutamiento de personal y de admisión en las instituciones educativas superiores es palpable. Hace años, era habitual que los procesos de selección de personal incluyeran una prueba de idioma, además de los test psicológicos, las entrevistas personales y las pruebas de habilidad en las tareas requeridas. En la actualidad, los departamentos de recursos humanos de las grandes organizaciones ahorran tiempo, dinero y esfuerzos acudiendo a los certificados de idiomas internacionalmente reconocidos, en especial, cuando se trata de empresas multinacionales o inmersas en procesos de globalización.

Y lo mismo se puede decir de las instituciones de educación superior más prestigiosas. Éstas, por una parte, tienen una gran presencia en países de habla inglesa, como Reino Unido y Estados Unidos y, por otra, se encuentren en el lugar en que se encuentren, cada vez incluyen más clases, conferencias y seminarios que son impartidos en inglés.

Por último, e independiente del uso que se dé al certificado, la evolución de los sistemas de reporte de resultados de los exámenes también ayuda a que estas organizaciones educativas y empresariales puedan elegir con absoluto grado de precisión qué habilidades requieren de sus candidatos y comprobar si estos las cumplen. Un ejemplo de ello es The Cambridge English Scale, que entró en vigor el pasado 1 de enero. Se trata de un sistema basado en muchos años de investigación y en el continuo esfuerzo de mejora de Cambridge English, que está diseñado como complemento al MCER. La nueva escala cubre un rango entre 80 y 230 puntos, que abarca las distintas habilidades del lenguaje. El sistema provee de una imagen clara de las capacidades del candidato y permite ver cómo sus logros se corresponden con los estándares reconocidos internacionalmente, así como con otros exámenes de Cambridge English.

Por: Xavier Ballesteros, Head of Marketing Cambridge English Language Assessment para España y Portugal

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