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La alfabetización de la infancia en países menos desarrollados

De los 775 millones de adultos que hay en el mundo que no saben leer ni escribir, un total de 495 millones son mujeres analfabetas, según datos de la Unesco.

Se ha recorrido un largo camino desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en 1948 reconoció, en su artículo 26, el derecho a la educación. El derecho a la educación es un derecho reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDEDSC) en sus artículos 13 y 14.

"El derecho a la educación se entiende como el derecho a acceder a la educación en igualdad de oportunidades, el derecho a enseñar, el derecho a optar por una determinada educación, y el derecho a intervenir en la definición, seguimiento y ejecución de políticas públicas en educación".

Es importante recordar los hitos que han impulsado un consenso mundial en la mejora de estos derechos hasta nuestros días.

En 1990, en la Primera Conferencia de Educación para Todos, llevada en Cabo de Jomtien (Tailandia), hubo un reconocimiento institucional global del papel fundamental que la educación tiene en la lucha contra la pobreza, de allí surgieron notables compromisos, conferencias y foros. En 1995, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague, se revisaron los criterios de Jomtien, y en el 2000, en el Foro Mundial sobre la Educación en Dakar (Senegal), a comienzos de este siglo, 181 países y más de 100 ONGs, se reunieron en las Naciones Unidas para participar en el foro mundial sobre educación, organizado por UNESCO, PNUD, UNFPA, UNICEF y el Banco Mundial. Este foro planteó entre otros, un Plan de Acción de 15 años para lograr una educación básica gratuita, de calidad y para todos, reafirmándose los Derechos del Niño, y compromisos, plazos y objetivos para la consecución de los mismos.

En septiembre de 2000, los distintos países de la Asamblea General de la ONU, aprobaron la Declaración del Milenio, donde se comprometían a reducir la pobreza, mejorar la salud, los derechos humanos, y la sostenibilidad ambiental.

El plan Educación para Todos , Dakar, 2000 constaba de 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), dos de ellos dedicados a la educación con el "compromiso de lograr la enseñanza primaria universal". El objetivo para el año 2015, era que todos lo niños y niñas pudieran terminar un ciclo completo de enseñanza primaria (objetivo 2) y "promover la equidad de género y el empoderamiento de la mujer", eliminando las desigualdades de género, en la educación primaria y secundaria, antes de finales de 2015 (objetivo 3).

Respecto a la consecución de estos objetivos, sólo 51 países, sobre un total de 129, han logrado o se acercan a normalizar en sus países la universalidad de la enseñanza primaria, la alfabetización de los adultos, la paridad entre los sexos, y la calidad de la educación.

Pero ¿cuál es la situación para instaurar estos objetivos?. Millones de niños nacen y viven en condiciones deplorables y pobreza extrema. Uno de cada seis ciudadanos del mundo pasa hambre severa, vive en conflictos armados. Sólo en 2013 se contabilizó 51 millones de desplazados forzosos, 10 millones de niñas-novias obligadas a un matrimonio pactado en su infancia, 218 millones de menores que se ven obligados a trabajar. 2,5 millones de víctimas sometidas y esclavizadas en redes de trata de personas, el 35% de ellos son menores. Estos niños también viven en países sin infraestructuras adecuadas para afrontar desastres naturales, ni apaliar graves epidemias, recordemos que en muy poco tiempo, más de 7.000 millones de niños se han quedado huérfanos por el ébola.

Las desigualdades educativas afectan a los estratos más pobres y marginados de la sociedad. Estas diferencias se acentúan, si se trata de niñas. De los 58 millones de niños sin escolarizar en edad de cursar primaria (Instituto de Estadística de la Unesco, informe junio 2014), el 60% son niñas. Si se incluyen los niños que deberían cursar secundaria aumenta a 63 millones de niños sin escolarizar.

África subsahariana, actualmente tiene 30 millones de niños sin escolarizar. Se estima que hasta 2086 las niñas de áfrica subsahariana no tendrán acceso universal a la educación primaria.

Sólo en Nigeria, seis millones de niñas no asisten a la escuela; y hasta que se respeten los derechos humanos en esos países, parece que no podrán darse las condiciones para ello. Recordemos que todavía se está esperando la liberación de las más de 200 niñas de una escuela que siguen secuestradas por milicianos de Boko Haram en Nigeria.

Entre los personajes del año nos encontramos a Malala Yuzufzay, reconocida por su labor con el Premio Nobel de la Paz 2014. En 2012 le pegaron un tiro en la cabeza por poner en marcha una campaña contra la destrucción de los colegios para niñas en su país. Gracias a la campaña educativa promovida por ella, en Pakistán se está ayudando a aumentar el porcentaje de jóvenes adultos con educación terciaria, que en 2010 era de apenas el 7%.

¿Y cómo es la situación en España?, no es equiparable con otros países, pero sabemos que todavía hay 840.000 analfabetos, el 70% de ellos mujeres. ONGs como Cáritas y Ayuda en Acción han promovido ayudas con becas comedor y bancos de libros.

Esperamos con ilusión la Cumbre especial sobre Desarrollo Sostenible, que se celebrará el próximo septiembre 2015, donde se renovarán los compromisos hasta 2030. Antes de esta cita, están convocadas una serie de intervenciones y agendas de los gobiernos e instituciones implicadas. Entre las iniciativas convocadas, la ONU nos invita a opinar, en una encuesta global de las Naciones Unidas, a todos los ciudadanos sobre los aspectos prioritarios para mejorar el mundo.

La educación tiene un papel prioritario, hacer crecer a las personas es la mejor inversión. A través de la educación, se mejora la salud, se reduce la pobreza, las diferencias de género, el entendimiento, el respeto entre las personas, y el uso adecuado de los recursos.

Por: Lucía Labrador, de Educandoo

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