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2025 es un año de gran relevancia para RIC Energy, que celebra su vigésimo aniversario como referente en el campo de las renovables. Hablamos con su CEO Global, José Luis Moya.
Desde su fundación, RIC Energy ha evolucionado hasta convertirse en un actor global en energías renovables. ¿Qué hitos clave han marcado esta transformación?
Durante estos veinte años hemos recorrido un camino de transformación constante. Comenzamos como pioneros en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos y, con el tiempo, consolidamos una estrategia de diversificación geográfica y tecnológica en cuatro continentes. Nuestro enfoque siempre ha sido la anticipación, lo que nos ha permitido ganar agilidad al evaluar otras tecnologías.
Uno de los hitos más destacados ha sido la diversificación multitecnológica. Hemos incorporado a la fotovoltaica proyectos de eSAF, almacenamiento, biogás y eólica, lo que nos distingue como compañía.
En nuestro nuevo plan estratégico nos marcamos como objetivo transformarnos en una IPP (Independent Power Producer), un proceso que ya hemos iniciado. En Italia estamos construyendo plantas fotovoltaicas y, en los próximos meses, comenzaremos en España.
Este año fuimos adjudicatarios definitivos de las ayudas de H2 Valles con el proyecto Compostilla Green, dedicado a la producción de eSAF, hito que sitúa a España como referente europeo en combustibles verdes. Nuestra ambición es impulsar las energías renovables con el objetivo de convertirlas en "energías progresivamente más gestionables" mediante la hibridación de distintas tecnologías.
¿Cuál es la propuesta de valor de RIC Energy para el sector?
Experiencia, cercanía e innovación. Llevamos más de 20 años en el sector y somos una empresa global que se implica localmente, desarrollando proyectos de forma sostenible y pionera.
Nuestra propuesta se basa en un enfoque integral: participamos en todas las etapas del desarrollo de proyectos renovables, lo que nos permite ofrecer soluciones adaptadas y eficientes. Apostamos por la innovación tecnológica, desarrollando proyectos híbridos, de hidrógeno verde, almacenamiento energético y biometano, contribuyendo así a la descarbonización de sectores como la movilidad, la industria e incluso el turismo, a través del eSAF.
¿Cuáles son sus mercados clave y cómo adaptan su modelo de negocio a cada región?
España, Estados Unidos e Italia son nuestros principales mercados, sin olvidar Sudáfrica y Polonia como mercados en desarrollo. España es el principal por su trayectoria y por el proceso de transición a IPP.
En Estados Unidos la transición será más lenta, manteniendo un modelo mixto entre desarrollador y venta de proyectos en fase Ready To Build, con un despliegue paulatino como IPP. Las regulaciones y características de cada mercado determinan el modelo más adecuado en cada caso.
¿Qué ventajas competitivas aporta la diversificación tecnológica?
Es una de nuestras principales fortalezas. Nos posiciona como una compañía que contribuye a la descarbonización tanto por la vía del electrón verde como de la molécula verde. Podemos ofrecer soluciones integrales adaptadas a las necesidades de clientes y sociedad, lo que nos ha permitido expandirnos más allá de la electricidad, hacia sectores como la aviación y el transporte marítimo con combustibles sostenibles derivados del hidrógeno verde y CO2 biogénico.
En biometano, apostamos por la economía circular y por su contribución a la independencia energética y la mejora de la calidad de vida local. También trabajamos en almacenamiento energético como palanca clave para los próximos años. La innovación es esencial para cuidar el planeta.
¿Cuáles son los principales proyectos realizados y en marcha?
Gracias al éxito como desarrollador de proyectos fotovoltaicos —con más de 4 GW vendidos— aplicamos ese conocimiento para evolucionar. Actualmente tenemos una cartera muy avanzada en España, con muchos proyectos en fase RTB o cerca de alcanzarla. Iniciaremos construcción en los próximos meses, con el objetivo de tener 1 GW operativo en 2030, todos hibridados con almacenamiento.
En biometano, hemos desarrollado una cartera sólida y prevemos comenzar la construcción de los primeros proyectos en 2026, con la meta de superar los 200 MW en operación en 2030.
En hidrógeno verde y derivados, desarrollamos el proyecto Compostilla Green en Cubillos del Sil (León), con una inversión de 700 millones de euros y capacidad para producir 60.000 toneladas de queroseno verde anuales. Esta planta, ubicada en una Zona de Transición Justa, será clave para la reindustrialización de Ponferrada.
También avanzamos en una planta de hidrógeno verde y eSAF en Torrelavega (Cantabria), con una inversión inicial de 850 millones de euros.
En el ámbito de los data centers, estamos explorando sinergias con otras tecnologías de nuestra cartera, aprovechando nuestra experiencia en gestión de terrenos y conexiones a red.
¿Cuáles son los principales retos de futuro?
El sector está en constante evolución y la tecnología avanza más rápido que la regulación. En RIC Energy estamos preparados para estos retos. Nos anticipamos y actuamos con agilidad y eficiencia.
Entre nuestros principales desafíos están la integración en las redes eléctricas, la adaptación regulatoria y el desarrollo de nuevas tecnologías para lograr una descarbonización total. Para ello, seguiremos apostando por la innovación, la diversificación, la expansión internacional y, sobre todo, por el talento humano.
Queremos desarrollar, retener y atraer a los mejores profesionales para seguir liderando la transición hacia un modelo energético más sostenible y resiliente.
Producido por EcoBrands