¿Qué es necesario para abrir una cuenta bancaria? Hoy en día, con escanear un DNI y realizar una verificación de identidad, es posible abrirse una cuenta. Aunque la digitalización da la impresión de que todo es fácil y seguro, detrás hay tecnología, medidas de protección y normas que se siguen para evitar fraudes y riesgos.
Precisamente los procesos online son uno de los blancos para los ciberdelincuentes. Estos utilizan documentos robados y rostros alterados creando identidades sintéticas para cometer fraude en todo tipo de empresas: solicitudes de crédito, de renting de coches, pólizas de seguros... El fraude de encabeza la lista de preocupaciones de empresas europeas en diversos sectores. Identificarlo es una tarea compleja, y luchar contra el fraude se convierte en una batalla a ciegas.
Hablemos del caso hipotético, en el que los delincuentes envían documentos que pueden parecer legítimos, el sistema automático del banco basado en una tecnología desfasada no detecta la falsificación y aprueba la operación. Parece anecdótico, pero uno de cada cinco altas de nuevos clientes y transacciones es fraudulenta. Así lo indica Signicat, proveedor europeo líder en soluciones de identidad digital y prevención del fraude, en su nuevo informe The Battle in the Dark 2025.
El estudio revela dos afirmaciones clave: que el actual panorama cada vez es más hostil en materia de fraude, y que las empresas europeas subestiman la urgencia de esta cuestión y confían demasiado en su capacidad de defensa.
"Nuestros propios datos lo confirman: basándonos en los fraudes que detectamos para nuestros clientes, los intentos de fraude han aumentado un 88 % en los últimos cuatro años y, en concreto, los intentos de fraude de identidad han aumentado un 69 %" indica Jorge Guillamet, Country Manager España de Signicat.
El informe de Signicat, en el cual han participado más de 900 responsables de distintos sectores como el sector bancario, proveedores de pagos, fintechs, de seguros, de gaming y del sector automovilístico de España, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, Suecia y el Reino Unido, revela que casi el 60% de los encuestados han visto un incremento en el fraude de identidad en el último año. "A pesar de estos datos, el 80% de las empresas cree que afrontar a los delincuentes solo hace que estos cambien de táctica o de blanco. Esto les pone en un constante punto de partida para hacer frente al fraude de identidad que además es cada vez más creciente a través de herramientas como la IA generativa", añade Guillamet.
El informe de Signicat desvela que el 74% de las empresas encuestadas confían en su capacidad para protegerse y que, de media, el 22 % de sus ingresos anuales se ve afectado por el fraude de identidad y los costes derivados de intentar prevenirlo.
¿Hacen las empresas todo lo que está en su mano para protegerse ante estos fraudes? ¿Es consciente el sector privado de los riesgos que conlleva no estar lo suficientemente protegidos? ¿Resulta ser una confianza infundada? Para Signicat, este estudio pone de manifiesto una tendencia preocupante: las empresas confían en su capacidad para combatir el fraude, pero no comprenden realmente cómo ni dónde les está afectando. Ante esta situación, "el primer paso para contraatacar es entender la amenaza. Sin ese conocimiento, las empresas están luchando a ciegas", apunta Jorge Guillamet.
La falta de información es el primer gran error para las empresas. Si no se estudia la estrategia de los enemigos, se vuelve imposible controlar la amenaza. Como afirmaba Sun Tzu en El arte de la guerra, "Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temerás el resultado de cien batallas. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla". De hecho, el 47% de las empresas reconoce no realizar un seguimiento regular del fraude y el 55% no controla el impacto que este tiene sobre su negocio. En el caso del ejemplo de la documentación falsa a la hora de abrirse una nueva cuenta, sectores como el de la banca, los pagos y el fintech son unos de los más amenazados. En concreto, las transacciones son las más expuestas, representando el 40% de los intentos de fraude de identidad.
Este tipo de fraude es el que más ha cobrado protagonismo, sobre todo, en el último año. ¿El motivo? El estudio analiza las tácticas utilizadas para cometer el fraude de identidad y señala a la falsificación de documentos de identidad como la técnica más utilizada en todos los sectores. Concretamente, el secuestro de cuentas y los ataques de ingeniería social son tipos de fraude en los que se ve vulnerada la seguridad de los clientes. Por ejemplo, en el primer caso, obteniendo las credenciales de acceso, el ciberdelincuente puede acceder a la cuenta desde un dispositivo y hacer transferencias. En el segundo ejemplo, la ingeniería social implica que un cliente ingrese sus credenciales en una página falsa tras recibir un correo electrónico que simula a uno oficial. El secuestro de cuentas y el fraude con identidades no son amenazas abstractas, están ocurriendo ahora mismo y afectan a las mismas empresas que creen tener controles sólidos.
Este estudio impulsado por Signicat, sirve para analizar el panorama antifraude a nivel empresarial y, a modo de advertencia a los sectores más implicados, señala los casos de fraude de identidad como los más comunes y ante los que hay que estar cada vez más preparados. Los ciberdelincuentes aplican nuevas tecnologías aún más sofisticadas para llevar a cabo sus fraudes con éxito.
En especial, la inteligencia artificial asume gran importancia en la realización de estos fraudes. Según el 71% de las empresas encuestadas, la mayoría de los fraudes a los que se enfrentan son producidos con ayuda de esta herramienta. La IA generativa y las herramientas de creación de imágenes son, además de tácticas de bajo coste y de fácil ejecución, útiles a la hora de producir documentos falsificados con mayor precisión.
Por otro lado, el uso de deepfakes también se encuentra en aumento y varía según el sector. "Acorde a nuestros propios datos, en 2022 tan solo el 0,10% del total del fraude que detectamos era a través de deepfakes. En 2023, estos ya representaban el 2,52% de los intentos de fraude y en 2024 el 4,70%. Es un método que está en auge y que solo la tecnología correcta puede detectar" comenta Guillamet. En el ámbito de los créditos al consumo, por ejemplo, los deepfakes representan el 12,4 % de todos los intentos de fraude.
Aunque este preocupante panorama no solo supone un desafío para el sector de la banca. Los defraudadores ajustan sus tácticas según las vulnerabilidades específicas de cada industria como la tecnología financiera, la seguridad, el gaming, la movilidad y la automoción.
La sensación de impotencia que sufren estas empresas surge de la falta de concienciación real. Pero, la pérdida de ingresos y la alta proporción de clientes y transacciones fraudulentas evidencian un problema que hay que atajar con seriedad. La regulación resulta ser una alternativa poderosa contra los fraudes de identidad.
Sin embargo, las empresas advierten que la regulación, en ocasiones, representa un obstáculo más que una ayuda para sumar esfuerzos. Así lo considera el 73% de los responsables encuestados, quienes opinan que usar la IA contra el fraude de identidad implica navegar por una compleja red de regulaciones que cubren la IA, la seguridad de datos y la gestión de identidad, lo que supone una complejidad que no pone nada fácil hacer frente a esta amenaza por parte del sector privado. Como concluye el estudio, "es fácil ver por qué muchos sienten que la batalla es desigual: los estafadores no están sujetos a las mismas reglas o éticas".
No obstante, esta situación no debe desalentar a las empresas. Ganar la batalla al fraude de identidad requiere de una comprensión clara a partir de la cual diseñar su estrategia. Para ello, las empresas necesitan comprender, reportar las consecuencias económicas y evaluar el impacto del fraude en sí mismas. Solo así, con la tecnología como aliada, las empresas podrán hacer una oposición firme y poner punto final a una lucha a ciegas ante el enemigo invisible que representa el fraude de identidad.
Accede aquí al informe The Battle in the Dark de Signicat.
Producido por EcoBrands