La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Ya no se trata de un futurible, sino de una herramienta del aquí y el ahora que las empresas españolas están asumiendo más rápido que sus vecinos europeos. Así lo refleja el recientemente publicado Work Trend Index de Microsoft, que sitúa a España en el primer puesto del ranking europeo en intención de adopción de la IA generativa en el entorno laboral.
Más que una moda pasajera, la IA se consolida como una transformación estructural que promete redefinir los procesos empresariales y elevar la productividad en todos los sectores. Pero ¿qué hay detrás de esta aceleración? ¿Cómo están respondiendo las empresas y los empleados ante este nuevo paradigma? Antonio Cruz Cruz-Conde, director de la Unidad de Negocio de Puesto de Trabajo en Microsoft España, explica por qué el momento actual exige pasar de la teoría a la acción, el papel clave de la formación y el liderazgo, y cómo el ecosistema tecnológico e institucional español favorece una adopción ágil, transversal y con retorno tangible.
El último Índice de Tendencias Laborales de Microsoft sitúa a España a la cabeza de Europa en la adopción de inteligencia artificial. ¿Qué factores explican esta posición?
Según los datos que arroja el Work Trend Index, cerca del 89% de los directivos españoles planea integrar IA en los próximos 12 a 18 meses, lo que nos sitúa 12 puntos por encima de la media europea. Esto se debe a varios motivos.
En primer lugar, muchas empresas españolas ya ven la IA como una palanca de productividad y competitividad, tanto por lo que permite hacer como por la rapidez con la que se está adoptando en distintos sectores. De hecho, frente al dato de que la IA podría aportar cerca de un 3% de productividad adicional en la próxima década, nuestro índice destaca que el gap de productividad y la saturación que experimentan muchos profesionales podría verse solventado con la IA al equilibrar la demanda de resultados con la capacidad real de los equipos.
Además, España cuenta con un ecosistema tecnológico cada vez más sólido. Microsoft, por ejemplo, ha anunciado no solo la región de Spain Central en Madrid, sino también una nueva región cloud en Aragón. A esto se suma el apoyo institucional, sobre todo en el ámbito de la formación, lo que favorece aún más la adopción entre las empresas.
Comentabas que el 89% de los directivos en España planea incorporar agentes de inteligencia artificial en los próximos meses, frente al 77% en Europa y el 82% global. ¿Crees que este auge de la IA es una moda pasajera o estamos ante un cambio estructural en las empresas españolas?
La IA ha llegado para quedarse. No es algo pasajero, ni algo ante lo que convenga esperar. Hablamos de una transformación estructural, comparable a lo que en su día supuso la llegada de Internet o la electricidad, que implica reimaginar los procesos de negocio. La IA está entrando en el core business de las organizaciones.
Una de las ventajas de la IA es que su adopción es relativamente sencilla. Gracias a la evolución de los agentes, el acceso será aún más fácil, y eso está muy ligado a la infraestructura disponible. La IA es un paso natural tras haber digitalizado los datos, ahora se trata de explotarlos e integrarlos en los procesos. Por eso, no es el momento de esperar. No hacerlo o demorarlo puede suponer perder posición frente a quienes ya están avanzando. Además, esto no depende ni del tamaño ni del sector: estamos viendo casos de uso muy relevantes en todo tipo de empresas.
La adopción de la IA no depende del tamaño de la empresa ni del sector, pero ¿hay sectores o áreas donde se esté notando una mayor implantación o un avance más rápido?
Es cierto que hay sectores que han tomado cierto liderazgo, pero la realidad es que la IA es agnóstica en cuanto al sector. Va a transformar los procesos de prácticamente todos los ámbitos, incluido el sector público.
Lo que sí estamos viendo son patrones distintos según la función dentro de las empresas. Por ejemplo, no es lo mismo aplicar IA para analizar el riesgo de una hipoteca que para evaluar una inversión en infraestructura crítica. En cualquier caso, la IA aporta mucho valor, pero adaptada a las necesidades de cada función y sector.
Hay áreas donde la adopción está siendo especialmente rápida, como el servicio al cliente, con chatbots activos 24/7 que permiten una atención constante sin depender de la disponibilidad humana; el marketing, donde se utiliza para segmentar audiencias y adaptar mejor la oferta; y el desarrollo de producto, identificando patrones de comportamiento o necesidades del cliente para crear soluciones más ajustadas.
En resumen, más que por sectores, el avance viene marcado por el tipo de función y el potencial de mejora que ofrece la IA en cada una de ellas.
¿Se está empezando a traducir en cifras económicas esa adopción de la inteligencia artificial en las empresas?
Cada empresa va a su ritmo, pero ya estamos viendo casos con impacto tangible. Aquellas que van más avanzadas en adopción de IA ya están midiendo su impacto directo en indicadores de negocio: mayores ingresos, reducción de costes, mejora en procesos productivos o automatización.
Y ahí es donde los agentes de IA van a marcar una diferencia clave. Porque permiten integrar la inteligencia artificial de forma transversal en toda la cadena de valor, redefiniendo los procesos de negocio de principio a fin. Eso es lo que lleva a las compañías a ver la IA como una inversión con retorno claro, que se multiplica más que proporcionalmente cuando se aplica de forma correcta.
El índice también revela que solo el 32% de los empleados y el 63% de los líderes están familiarizados con estos agentes. Aun así, el 74% de los directivos valora incorporar perfiles especializados en IA. ¿Qué papel juega la formación? ¿Habrá que buscar talento fuera?
La formación es absolutamente clave, y no solo para aprender a usar las herramientas, que en muchos casos son intuitivas, sino para garantizar una adopción real. Es decir, no basta con saber cómo funcionan, hay que integrarlas en el día a día. Eso requiere cultura, ejemplos cercanos y también liderazgo porque, para que la IA se implante de verdad, esa brecha entre directivos y empleados debe cerrarse. Por eso hablamos de "empresas frontera", que tienen intención de desplegar la IA masivamente o ya lo han hecho, pero sí han alcanzado un nivel de madurez en su uso muy superior a la media. Y eso tiene impacto directo en cómo sus empleados perciben el crecimiento y el rendimiento de la compañía.
En Microsoft lo tenemos claro: hay que democratizar el acceso a estas herramientas. Las empresas con licencias básica de puesto de trabajo de Microsoft ya tienen acceso a la IA de forma gratuita con Copilot Chat, que facilita un acceso seguro, cumpliendo con los estándares de privacidad y con la seguridad de que la información no salga del entorno corporativo sin necesidad de inversión adicional. Eso es esencial para generar confianza, pero también lo es facilitar el aprendizaje. Por eso animamos a las empresas a identificar champions o embajadores de IA, que son personas que lideran con el ejemplo. Muchas veces, ver a tu compañero utilizar IA con éxito es lo que realmente te impulsa a hacerlo tú también.
Además, estamos impulsando el Plan Nacional de Capacidades en IA, con el objetivo de formar gratuitamente en habilidades de Inteligencia Artificial (IA) a un millón de personas en España a lo largo de 2025. Esta apuesta global nos convierte en uno de los 20 países donde se ha lanzado y cuenta con respaldo institucional, colaboración con partners y foco en cerrar esa brecha entre líderes y empleados. Con este programa, buscamos reducir la brecha digital, capacitar a la fuerza laboral actual y futura, y fomentar una adopción inclusiva y responsable de la inteligencia artificial en todos los sectores.
¿Qué caracteriza a las organizaciones que has nombrado como empresas frontera? ¿Qué uso de los agentes de IA deben tener las compañías para considerarse una empresa frontera?
Las llamadas "empresas frontera" son un tipo de organización construido en torno a la adopción y uso de la Inteligencia Artificial como eje central. Estas compañías no solo han incorporado IA de forma generalizada, sino que ya la integran en sus procesos de negocio y están empezando a rediseñar sus operaciones en función de ella. La IA deja de ser una herramienta auxiliar para convertirse en una pieza central del modelo operativo. La clave está en cómo estas organizaciones reimaginan su funcionamiento a partir de esta de la IA.
Lejos de ser una posibilidad futura, los agentes de IA ya están presentes en muchas empresas españolas. El 45% de los directivos españoles consultados en nuestro Índice de Tendencias Laborales -Work Trend Index-, afirma haber automatizado completamente procesos empresariales o flujos de trabajo gracias a estos sistemas, por encima de países como Francia, Países Bajos o Finlandia.
Las principales áreas en las que se están incorporando agentes inteligentes son las de atención al cliente, marketing o desarrollo de producto. Pero más allá del área funcional, el denominador común es la búsqueda de eficiencia, agilidad y escalabilidad. Los agentes no sustituyen a trabajador, por el contrario, complementan su labor. Ayudan a liberar a los equipos humanos de tareas repetitivas y permiten que las personas se enfoquen en decisiones de mayor impacto.
Mirando hacia adelante, el futuro de las organizaciones apunta hacia equipos mixtos formados por personas y agentes especializados. A corto y medio plazo, de dos a cinco años, se espera que estos equipos colaboren de forma coordinada en muchas áreas donde hoy predominan estructuras exclusivamente humanas o con apoyo tecnológico básico. Este cambio marcará un nuevo modelo de organización, donde la colaboración humano-agente será un eje de productividad y evolución. El camino hacia ese modelo no es inmediato. En general, comienza con el uso de IA como asistente, avanza hacia el desarrollo de agentes aplicados a procesos específicos y culmina con la incorporación de estos agentes como parte activa del trabajo diario
¿Cómo está acompañando Microsoft a las empresas españolas en este proceso de transformación estructural?
Microsoft está integrando la inteligencia artificial generativa en prácticamente todos sus productos: desde herramientas para el puesto de trabajo, pasando por soluciones CRM y ERP, hasta los servicios en la nube. Esta integración se hace bajo un concepto que denominamos Copilot. La idea es que la tecnología actúe como un copiloto; es decir, el control lo mantiene la persona, pero cuenta con una asistencia constante que le ofrece información, recomendaciones y soporte para tomar mejores decisiones.
Además de esta integración en producto, hay otros tres pilares en los que estamos trabajando en España. Primero, la infraestructura: hemos desarrollado una región cloud propia en nuestro país, lo que permite que estos servicios estén disponibles con todas las garantías de cumplimiento normativo y rendimiento local. Segundo, la capacitación en IA. La creciente adopción de la Inteligencia Artificial ha intensificado la demanda de profesionales con habilidades especializadas en este campo. Sin embargo, la oferta de talento no ha crecido al mismo ritmo que la demanda. El 50% de los líderes españoles afirma que capacitar a sus equipos en el uso de la IA será una responsabilidad clave en los próximos cinco años. Este enfoque proactivo podría marcar la diferencia entre adoptar la IA como herramienta o integrarla como parte estructural del trabajo. En Microsoft estamos comprometidos a formar en habilidades de IA a gran escala. España es uno de los 20 países en el mundo donde se están poniendo en marcha programas muy potentes para democratizar el conocimiento masivo de la IA a través del Plan Nacional de Capacidades en IA, que hemos comentado antes. Y tercero, el ecosistema de partners: contamos con más de 12.000 socios en el país, que actúan como una extensión de Microsoft para adaptar las soluciones a las necesidades específicas de cada cliente.
Para terminar, en un contexto tan cambiante y claramente influido por la inteligencia artificial, ¿qué consejo le daría a una empresa que aún percibe esta tecnología como algo complejo o poco adaptado a su sector?
Mi consejo es claro: empieza cuanto antes, aunque sea con algo pequeño. No pasa nada si aún no se ha dado el paso, pero lo importante es comenzar, probar, aprender y perderle el miedo. La buena noticia es que hoy existen muchísimos recursos disponibles. Por ejemplo, formación gratuita para cualquier persona que quiera iniciarse y acceso a tecnología muy avanzada que ya está integrada en herramientas de uso diario. En el ámbito empresarial, una licencia estándar de puesto de trabajo de Microsoft ya incluye acceso a inteligencia artificial generativa con Copilot Chat, de forma gratuita, segura y controlada por los equipos de IT.
Un primer paso puede ser observar el día a día y detectar tareas repetitivas que no aportan valor añadido. A partir de ahí, experimentar. La IA tiene una ventaja enorme: se basa en lenguaje natural, lo que hace que la interacción con las herramientas sea mucho más accesible que con otras soluciones que requieren conocimientos técnicos.
Siempre digo que la IA es como un becario muy talentoso y dispuesto, pero que aún no conoce tu negocio. Hay que enseñarle, orientarlo y dedicarle tiempo. Es un proceso, un viaje que requiere implicación, pero cuando lo integras, no hay vuelta atrás. Y lo más importante: no esperes a que la IA se vuelva aún más masiva o madura. Su ritmo de adopción es mucho más rápido que cualquier otra tecnología anterior. Hay expertos, comunidades y un ecosistema de partners dispuestos a acompañar. Lo esencial es interiorizarlo, lanzarse a usarlo y aprender mientras se utiliza.
Producido por EcoBrands