La guerra contra la piratería no presenta tregua. Hoy en día ha dejado de ser una práctica marginal y se ha convertido en una amenaza estructural que mina la sostenibilidad del deporte rey en España, con pérdidas estimadas por LALIGA de entre 600 y 700 millones de euros anuales. Cada partido visualizado de forma ilegal no solo representa un robo de contenido. Significa menos inversión en cantera, menos recursos para los clubes y menos impulso para otras federaciones que dependen del reparto regulado por el Real Decreto-ley 5/2015. En este contexto, LALIGA ha respondido con una estrategia integral que combina tecnología, concienciación, acción judicial y colaboración institucional sin precedentes, a la vez que demanda una jurisprudencia efectiva que permita actuar con mayor celeridad.
Guillermo Rodríguez, director de Operaciones Antifraude de LALIGA, lo tiene claro: "Es la amenaza número uno. El mayor reto actual es la velocidad y sofisticación con la que evolucionan las redes de piratería, especialmente en un entorno digital donde emergen constantemente nuevas plataformas, aplicaciones y métodos de distribución ilegal". Rodríguez pone en contexto las dimensiones de esta amenaza y las respuestas que LALIGA ha desarrollado mediante un importante sistema de monitorización y detección en tiempo real. De esta forma, LALIGA abandera la lucha contra la piratería y protege un modelo deportivo que ha hecho de España un referente internacional.
La situación, denuncia Rodríguez, es crítica: "Actualmente la piratería se ha transformado en una amenaza sistémica que impacta transversalmente a toda la industria del deporte y del entretenimiento". El problema no es solo económico: es estratégico, cultural y legal.
Las retransmisiones representan una de las principales fuentes de ingresos para los clubes. Como apunta Guillermo Rodríguez, "la piratería genera pérdidas que equivalen a que doce equipos no perciban nada por sus derechos televisivos en un año". Aunque la piratería audiovisual no solo afecta al fútbol profesional. A través del modelo de reparto aprobado en 2015, los ingresos de LALIGA por derechos televisivos llegan también a otros deportes, las categorías inferiores, al deporte femenino, las canteras y las federaciones autonómicas. Y no solo eso, Rodríguez advierte del impacto colateral en los empleados, inversiones, contribuciones en impuestos, integridad de las competiciones y sostenibilidad del ecosistema en su conjunto: "Conviene recordar que LALIGA tiene un impacto en la sociedad de 194.381 empleos, 8.390 millones de euros en impuestos a las arcas públicas y una facturación equivalente al 1,44% del PIB Español".
Pero esa cadena se rompe cuando el contenido se consume fuera de los canales oficiales. "En caso de un descenso en los ingresos, se verían reducidas las aportaciones obligatorias que los clubes deben realizar de hasta un 3% al Consejo Superior de Deportes (CSD), y de un 2% a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ya que estas se calculan como un porcentaje fijo de los ingresos por la venta centralizada de los derechos de retransmisión", afirma Rodríguez. Según su estimación, cada partido pirateado es una oportunidad perdida para financiar el futuro del fútbol y del deporte en España. Y las cuentas no son precisamente marginales: en el último ciclo olímpico (de 2020/21 a 2023/24), fueron casi 200 millones de euros al CSD, y más de 125 millones de euros a la RFEF. Cantidades en riesgo de extinción.
"Una parte del público más joven ha interiorizado el acceso ilegal a los contenidos deportivos como algo habitual, lo cual representa un reto significativo para la industria."
Lo peor de todo ello es que este fenómeno no se limita únicamente a webs oscuras (darkweb) o foros marginales. Plataformas como Telegram, TikTok, o X, además de la irrupción de listas IPTV, se han convertido en puntos de acceso masivo al contenido pirateado, impulsando una cultura de consumo ilegal que se normaliza entre los más jóvenes. "Desde LALIGA detectamos que una parte del público más joven ha interiorizado el acceso ilegal a los contenidos deportivos como algo habitual, lo cual representa un reto significativo para la industria", alerta Rodríguez. Un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) afirma que el 42% de los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años admitieron haber accedido a retransmisiones deportivas de forma ilegal en 2024. La piratería, en este sentido, no solo roba dinero: roba cultura deportiva, profesionalización y proyección internacional.
En este sentido, LALIGA ha apostado por trabajar en una cuádruple línea de acción: a través de tecnologías avanzadas de monitorización y retirada de contenido ilícito, la concienciación de la sociedad, la demanda de un refuerzo de los marcos legislativos y jurisprudencia efectiva, y el fomento de una colaboración activa con los agentes implicados, a nivel nacional e internacional: gobiernos, operadores, intermediarios tecnológicos, organismos deportivos, coaliciones antipiratería, y otros.
Gracias a la experiencia y conocimiento de más de 10 años en la lucha contra el fraude audiovisual, LALIGA desarrolló incluso tecnologías innovadoras de detección que son "clave" para frenar esta práctica fraudulenta en tiempo real, y que llegó a exportar a otras propiedades deportivas, como Wimbledon o MotoGP, en una muestra de los beneficios globales de sus acciones para el total de la industria. A día de hoy, emplea tecnología avanzada, combinadas con inteligencia artificial, que permiten detectar, rastrear y denunciar retransmisiones ilegales en cuestión de segundos.
Pero no siempre es suficiente. El adversario también evoluciona. Técnicas como el camuflaje del dominio (domain hopping), la rotación de direcciones IP o los dominios espejo dificultan el bloqueo de estas emisiones que, a menudo, se replican instantes después de ser cerradas. Además, las redes sociales, que siguen apostando por la emisión de vídeos largos en directo, son una vía de proliferación rápida de este contenido ilegal algo que "dificulta su detección y eliminación inmediata". Ante esta situación, plataformas como Twitch y Telegram "colaboran activamente con LALIGA en el bloqueo de señales pirata, en una demostración de que, con la colaboración de los intermediarios tecnológicos, la lucha es realmente efectiva".
La IA, en este sentido, se ha convertido en una aliada clave para enfrentarse a esta realidad desarrollando herramientas propias basadas en esta tecnología. Aunque no sustituye a un humano experto, amplifica exponencialmente su capacidad de intervención.
En el ámbito legal e institucional, gracias a la colaboración internacional con otros organismos, se han logrado avances significativos en la persecución de las mafias que están detrás del fraude audiovisual. Como por ejemplo, la desarticulación de Magis TV a cargo de la justicia argentina, una de las plataformas de piratería más relevantes a nivel internacional, o la operación internacional Kratos, por la que Europol desmanteló una red con 2.500 canales piratas y más de 22 millones de usuarios.
Por otro lado, LALIGA quiere implicar a las nuevas generaciones a asumir esta responsabilidad colectiva a través de campañas educativas y de sensibilización. Con ellas, explica Guillermo Rodríguez, se pretende "fomentar el consumo responsable mediante plataformas legales que ofrecen una experiencia accesible y de calidad, y alertar de los problemas de seguridad a los que se enfrentan los consumidores cuando acceden a estas actividades ilícitas que sirven además para alimentar a auténticas mafias".
Pese a estos avances tecnológicos, los acuerdos institucionales de colaboración y las campañas de concienciación, el marco legal sigue siendo un importante cuello de botella. Rodríguez explica que la actual normativa internacional no permite actuar con la inmediatez necesaria y de forma sincronizada frente a contenidos que se consumen en directo. Por eso, "se hace necesaria una normativa paneuropea vinculante que nos permita actuar con rapidez y coordinación, teniendo en cuenta que las plataformas ilegales operan desde diversas ubicaciones y les permite actuar en vacíos legales y marcos regulatorios diferentes en cada país", defiende. La falta de herramientas administrativas ágiles, una jurisprudencia efectiva o de figuras jurídicas a las que se refiere el director, deja a toda la industria del deporte y el entretenimiento en clara desventaja frente a los piratas.
"Si no se toman medidas más contundentes a todos los niveles, el próximo escenario podría tener como consecuencia una pérdida de valor para la industria del deporte y del entretenimiento."
El problema se agrava aún más por la actitud de algunos intermediarios digitales. Empresas como Google, Cloudflare y otras grandes multinacionales que participan de diversas fases en el proceso del fraude audiovisual, y que "tienen un rol activo en el proceso y consumo de piratería, por lo que adquieren responsabilidad de las actuaciones ilegales que están permitiendo y de las cuales se lucran", señala Rodríguez. En algunos casos, incluso han llegado a recurrir judicialmente bloqueos de contenido ilegal, pese a disponer de pruebas técnicas irrefutables. Ante esto, "solo un enfoque integral, que combine tecnología, legislación y cooperación, logrará proteger eficazmente a las federaciones, clubes y, en definitiva, al ecosistema deportivo", insiste Rodríguez. Casos como el de Cloudflare, condenado ya por su inacción ante la piratería en países como Francia, Italia y Alemania -donde fue denunciada por Universal Music-, es un ejemplo claro de esa falta deliberada de cooperación. No impacta sólo al fútbol, no amenaza sólo a nuestro país, sino que atenta contra toda la industria global del deporte y el entretenimiento.
En el camino hacia acabar con la piratería audiovisual, LALIGA ha establecido alianzas estratégicas con otras ligas, federaciones y organismos especializados para enfrentar este problema de una manera coordinada. Por ejemplo, con acciones conjuntas con la Premier League o la Bundesliga; participando en SROC (Sports Rights Owners Coalition), una coalición internacional que reúne a propietarios de derechos deportivos como UEFA, FIFA, la NBA o la Fórmula 1; así como acuerdos con stakeholders relevantes como Telefónica, el Ministerio de Cultura, la Policía Nacional, Europol, Interpol, ACE y la League Content Coalition con el objetivo de promover acciones y políticas públicas contra la piratería a nivel global.
Desde LALIGA se insiste en que la lucha debe ser colectiva. Se han alcanzado acuerdos con intermediarios como Twitch, Akamai, CDN77, Vercel, Scaleway o Gcore que han hecho evolucionar la batalla durante las retransmisiones en directo, pero todavía hacen falta compromisos más amplios y una regulación firme a nivel europeo. Y es que, sin una legislación adaptada al tiempo real y una jurisprudencia efectiva, el modelo económico del deporte se seguirá erosionando mientras el contenido pirata se reproduce sin control.
Lo que está en juego es el talento emergente, la equidad entre clubes, el espectáculo competitivo y la identidad cultural de un país que ha convertido el fútbol y el deporte en una de sus principales marcas. La piratería no solo roba partidos, se lleva oportunidades y sueños. Por eso, desde LALIGA se pide una "respuesta firme y coordinada para frenar esta amenaza sistemática antes de que sus efectos sean irreversibles" que implique una acción conjunta, tecnología, legislación y compromiso social. El tiempo apremia. Y el futuro del deporte depende de que la respuesta esté a la altura del desafío. Porque, al final, un deporte sin recursos es un deporte sin futuro.
Producido por EcoBrands