Las abundantes lluvias de las últimas semanas han dejado atrás la importante sequía que llevaba meses afectando a gran parte de España. Sin embargo, nada puede garantizar que en el corto plazo vuelvan a producirse episodios similares. Es por esto por lo que es importante contar con alternativas para no depender exclusivamente de la climatología y de la cantidad de lluvia acumulada.
Es aquí donde juega un papel fundamental la desalación del agua del mar y del agua salobre, que garantiza un suministro de agua ininterrumpido frente al incremento poblacional y el consiguiente aumento de la demanda. Si las previsiones no fallan, en el año 2050 la demanda mundial de agua aumentará del 20 al 30% por encima del nivel actual.
España tiene experiencia en este campo, la primera desaladora se abrió en los años 60 en Lanzarote y desde entonces no se ha dejado de avanzar, hasta tal punto que en la actualidad el total de plantas de desalación nacionales generan 5.000.000 de m³/día de agua para abastecimiento, riego y uso industrial. Este dato convierte al país en el cuarto en términos de capacidad instalada, solo superado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Estados Unidos.
Como referente mundial de la transformación ecológica, Veolia ofrece soluciones de gestión en las actividades de agua, residuos y energía, impulsando el desarrollo sostenible de las ciudades, industria y agricultura.
En la actualidad, el 18% de las plantas desaladoras del mundo utilizan tecnologías de Veolia. Para 2030, el grupo aspira no solo a mantener su presencia en el mercado de desalación, sino también a multiplicar la capacidad operativa, impulsando su potencial tecnológico y su experiencia para incrementar la producción de 1,4 a 2,8 millones de metros cúbicos diarios.
En España, la compañía gestiona actualmente la operación y mantenimiento de ocho plantas desaladoras (dos en Islas Baleares y seis en las Islas Canarias), y 13 plantas desalobradoras. La planta de Bahía de Palma, en las Islas Baleares, tiene un caudal de 64.000 m³/día y es la principal fuente de suministro de agua potable en Mallorca, además de la planta desaladora con la mayor capacidad de producción de agua que Veolia opera en España. Por su parte, la más grande de las plantas desalobradoras se encuentra en Sant Joan Despí (Barcelona) y regenera 206.000 m³ de agua al día.
Estas infraestructuras ganan especial relevancia en territorios como las Islas Canarias, que dado a la morfología volcánica del territorio la captación de agua está muy limitada. En esta región, Veolia está estudiando la factibilidad de incrementar el caudal de suministro y asegurar la continuidad de las operaciones de desalación. Esto ya se ha materializado en la planta de Salinetas, cuya capacidad ha pasado de los 10.000 m³/día del año 2000, a los 17.000 m³/día que produce en la actualidad.
España, por sus condiciones climáticas, es uno de los países más expuestos a los efectos del cambio climático. Cada vez es más común que se produzcan episodios de emergencia climática que obligan a las instituciones públicas a tomar decisiones urgentes. Con el objetivo de minimizar estas medidas extraordinarias, las plantas modulares desaladoras son un recurso alternativo tanto en casos de emergencia hídrica como cuando hay un incumplimiento de calidad del agua. Se trata de una solución fiable e inmediata a la escasez de recursos hídricos en zonas afectadas.
Veolia dispone en la actualidad de seis infraestructuras de este tipo que refuerzan la producción de las plantas desaladoras existentes. Se trata de soluciones rápidas y sencillas que garantizan la seguridad hídrica; además, ofrecen la continuidad sin interrupción del servicio, debido a la portabilidad y flexibilidad. También reducen los riesgos sanitarios y mejoran la calidad del agua.
No es necesario que haya episodios de sequía para que las plantas modulares tengan un papel relevante, son útiles también ante otras emergencias. Tras la erupción del volcán de la Palma en 2021 fueron de gran utilidad para proteger parte de la producción platanera.
Otro caso que demuestra su conveniencia es el de Aguadulce en Roquetas de Mar (Almería). Se instaló una planta modular desalobradora durante el periodo de parada técnica anual de la desaladora Campo de Dalías para proporcionar agua apta y de calidad a la población.
El avance en la optimización y la mejora continua de los procesos de desalación de agua de mar o salobre se suma a la oferta de soluciones para fortalecer el compromiso con la sostenibilidad de Veolia. La desalación se perfila, dentro del conjunto de medidas para aumentar la resiliencia de los territorios y proteger los recursos hídricos, como una de las soluciones alternativas clave que contribuye a alcanzar la huella hídrica cero en ciudades, industria y agricultura.
Producido por EcoBrands